La energía solar es la vía más rápida para reducir la dependencia de Europa del gas ruso, según Statkraft
La energía solar está creciendo a un ritmo mayor de lo previsto y representa la vía más para rápida para que Europa deje de depender del gas ruso, junto con la eólica, según el informe anual Low Emissions Scenario realizado por la energética noruega Statkraft.
En este sentido, el estudio prevé que el continente tendrá más capacidad solar en el año 2030 que la que se esperaba antes de la guerra de Ucrania.
Así, Statkraft eleva su previsión de crecimiento solar tras la invasión de Ucrania hasta entre 45 y 52 nuevos gigavatios (GW) anuales en la Unión Europea hasta 2030, frente a los 33 GW que barajaba antes, siendo así la principal fuente de energía mundial en 2035.
En 2021, se alcanzó un récord histórico en 2021, con 26 nuevos GW. En comparación con otras tecnologías renovables, la energía solar es eficiente en términos de costes y su construcción puede durar menos de dos años.
De esta manera, el estudio considera que la energía solar será la ganadora a nivel global en la transición energética. De hecho, el análisis prevé que se convertirá en la principal fuente de producción de energía del mundo en 2035.
El director general de Statkraft para España y Portugal, José Miguel Ferrer, indicó que este nuevo diagnóstico muestra cómo en el último año «se ha hecho aún más evidente que la solución tanto a la crisis de precios como a la crisis climática es la misma: acelerar al máximo el despliegue de renovables».
Además, el este estudio destacó que la energía renovable representará casi el 80% de la producción de energía en todo el mundo en 2050, siendo la energía solar la mayoritaria, produciendo más de 21.000 teravatios hora (TWh), equivalente al 80% de la demanda energética mundiala día de hoy.
El consejero delegado de Statkraft, Christian Rynning-Tonnesen, consideró que «un mayor foco en la seguridad y la autosuficiencia energética también impulsará la transición energética».
Para 2050, el estudio también apostó a que las emisiones de CO2 derivadas del sector energético se reducirán en un 60%. El diagnóstico que hace Statkraft está dentro de los niveles de emisiones que permiten limitar al aumento de la temperatura global a un máximo de 2 grados respecto a los niveles preindustriales.
Sin embargo, añadió se necesita una transición energética aún más rápida para no sobrepasar un incremento de la temperatura de 1,5 grados centígrados, tal y como recomienda la comunidad científica.