La directora de Plan International en Somalia: «Vivimos uno de los conflictos más complejos del mundo»


Lamenta el alto nivel de violencia que sufren mujeres y niñas en un país que es «la cara humana del cambio climático»

Pide «compromiso» a la comunidad internacional: «No hay soluciones y no puedes recurrir a los grupos enfrentados»

La directora de Plan International en Somalia, Sadia Allin, ha lamentado este lunes que el país atraviesa «uno de los conflictos más complejos del mundo» ante la inacción de la comunidad internacional y la falta de diálogo entre las partes enfrentadas, una situación que está empeorando y que afecta gravemente a millones de personas.

«La situación humanitaria en Somalia no ha cambiado demasiado durante el último año y todo apunta a que va a peor. Hoy tenemos 8,25 millones de personas que necesitan asistencia humanitaria y 1,8 millones de niños menores de cinco años están desnutridos», ha explicado durante una entrevista con Europa Press en la sede de la organización en Madrid.

Para Allin, es «el momento de pulsar el botón de alarma» y tomar medidas a nivel internacional que aborden la terrible crisis a la que se enfrenta la población somalí, que sufrió en 2023 la muerte de 43.000 personas a causa de la sequía y la falta de alimentos. En este sentido, ha recordado la «triste pérdida de unas 250.000 personas por el hambre en 2011».

«Necesitamos el compromiso de la comunidad internacional para estar junto al pueblo de Somalia. Porque vivimos uno de los conflictos más complejos del mundo y no hay soluciones. Los grupos que luchan entre sí no se comunican para buscar una salida al conflicto», ha aseverado. «La UE podría ser un actor que impulse el diálogo; podría aumentar el interés en las conversaciones entre diferentes grupos, especialmente entre Somalia y Etiopía. El Gobierno turco ha intentado mediar (…) pero hay más países que podrían mostrar iniciativa y comprometerse», ha señalado.

Con una población de 15,7 millones de personas, al menos 4,4 millones se encuentran desplazadas debido a un conflicto interno que parece haberse enquistado y que se suma, además, a la grave crisis climática que afecta al país, al que Allin define como la «cara humana del cambio climático». «La situación depende de quién tiene el poder o no», ha sostenido antes de recalcar que «la gente no puede tener una vida segura».

«Mucha gente ha perdido la vida», ha incidido, «pero es como si fuera una crisis olvidada». «Primero que nada necesitamos paz y estabilidad. Porque Somalia también es centro del conflicto geopolítico entre Egipto y Etiopía», ha aclarado Allin, que ha hecho referencia al conflicto como una guerra subsidiaria, también conocida como proxy war .

En este sentido, ha hecho hincapié en la importancia de apoyar al Gobierno somalí para que proteja a la población, especialmente a las mujeres y los niños, y en la relevancia del acceso al agua. «El agua es algo muy importante en el contexto de Somalia», ha afirmado Allin, que ha alertado de que es la falta de este recurso la que lleva a muchas mujeres a realizar largos viajes para obtener este recurso, lo que las expone a graves peligros.

Somalia y Egipto han firmado recientemente un pacto militar que contempla el despliegue de 5.000 militares egipcios en el país, lo que ha incrementado las diferencias entre Etiopía y Somalia por el citado memorando de entendimiento firmado con Somalilandia para obtener acceso al mar Rojo a cambio de su reconocimiento formal, mientras que Adís Abeba está además sumido en una grave disputa diplomática con Egipto por la construcción de la Gran Presa del Renacimiento en el Nilo Azul.

LA SITUACIÓN DE LAS MUJERES Y LAS NIÑAS

La directora de la ONG en el país africano ha matizado que la «desigualdad y la malnutrición van de la mano, y esto afecta directamente a las mujeres y las niñas». «Las mujeres son las primeras en desistir y dejar de comer. Están en la última línea de acceso a los alimentos y son las encargadas de buscar el sustento alimentario para las familias, por lo que sufren el peligro de ser explotadas», ha detallado.

«Hemos visto también un aumento de los matrimonios porque las familias buscan resolver por esta vía sus problemas financieros. Esto está ligado con la mutilación genital femenina, que en Somalia es un requisito fundamental para poder sacar adelante estas uniones», ha explicado en relación con la inseguridad de las menores en un país que tiene una tasa del 98 por ciento de prevalencia de este tipo de prácticas en mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años.

«Tristemente, esto es legal. No hay ninguna medida al respecto y está vinculado al matrimonio. Casi la mitad de las mujeres se casan antes de cumplir los 18 años y esto incrementa su vulnerabilidad y la posibilidad de morir dando a luz. (…) Nosotros hablamos con las familias, con los centros religiosos, con las comunidades, trabajamos de forma triangular», ha argumentado.

Es por ello que ha subrayado la importancia de «desmitificar la mutilación genital femenina» y a las personas que cuentan «con un espacio abierto para hablar de ello». «Estamos trabajando con los políticos, pero es un camino largo que necesita de un intercambio continuo con las comunidades», ha declarado, no sin antes recordar que esta práctica está «muy arraigada en la sociedad somalí». «Algunos ni siquiera están dispuestos a hablar de ello», ha añadido.

Allin ha mostrado la relevancia de prestar ayuda sanitaria dado que muchas mujeres corren graves peligros debido a este tipo de mutilación, pero ha lamentado la falta de financiación existente. «Esta situación tiene un grave impacto sobre el acceso a la educación –que es de gran importancia para las menores–, dado que generalmente son los niños los que acuden a los centros educativos en vez de las niñas cuando las familias atraviesan dificultades financieras», ha manifestado, al tiempo que ha advertido de la relación cercana entre la desigualdad de género y la inseguridad alimentaria.

Así, ha defendido que la educación es una «herramienta poderosa» que da a los menores la oportunidad de «escapar de la realidad, crecer y obtener seguridad». «Es una experiencia increíble para niños que están en crisis porque conectan con otros niños, interaccionan y les ayuda a tener una mayor sensación de normalidad. Es una herramienta poderosa a largo plazo, aunque desafortunadamente Somalia atraviesa una situación muy difícil», ha dicho.

Por último, ha alertado de la falta de atención mediática e internacional a la terrible crisis en Somalia, un interés que se ha reducido especialmente a medida que avanza la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza, donde han muerto ya más de 42.000 personas.

«La situación en general es difícil, especialmente con lo que está sucediendo en Gaza. Pero es igualmente importante porque sabemos que si no hacemos nada la inseguridad crecerá y se hará con las vidas de la gente. El sonido de los aviones y las bombas se puede oír, pero el hambre que sufren las víctimas es silencioso, así que es importante que veamos esto. (…) Es difícil para el mundo saber lo que pasa en Somalia», ha concretado.

Sin embargo, ha expuesto la relevancia de hacer frente al cambio climático de forma colectiva. «Es importante entender que el conflicto en Somalia está relacionado con los recursos y que esto está vinculado al cambio climático», ha zanjado.

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