La costera de anchoa en Cantabria se retrasa al 10 de marzo por negociación de un cambio del modelo de gestión
La pesquería del bocarte (con el que se elaboran las anchoas) que iba a arrancar este sábado 1 de marzo en el Cantábrico se retrasa en principio hasta el próximo día 10 porque se está negociando un cambio del modelo de gestión de esta costera.
La propuesta ha sido trasladada esta semana por el sector a la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para su estudio, por lo que los barcos no saldrán a faenar el lunes 3, ya que se tiene que aprobar la correspondiente resolución.
El planteamiento consiste en pasar del sistema actual de «pesca olímpica» -con topes de captura por desembarco, para todos los buques por días- a uno que establezca límites a las organizaciones de productores de pesca (OPES) o cualquier entidad que quiera adherirse.
Se trata de un modelo «experimental», a probar por ejemplo durante un año, que pretende dotar de mayor rentabilidad económica a las capturas, que no se agote la cuota antes de tiempo y evitar cierres «prematuros» del caladero, como sucedió en 2024.
Lo ha explicado así a Europa Press el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria, César Nates, que ha indicado que tras el encuentro mantenido el martes en Madrid las discusiones se centran en calcular los topes que corresponderían a cada organización.
El representante del sector en la región ha contrapuesto el modelo de gestión vigente –con el que se gasta el TAC (Total Admisible de Capturas) con pesca pequeña en vez de «tener paciencia» y esperar a que haya bocartes de mayor tamaño– con el propuesto al Ministerio, para que cada organización se gestione la cuota que se le asigne, así como los barcos que no pertenezcan a ninguna entidad y que tampoco quieran adherirse, que dispondrán igualmente de un porcentaje.
«Este modelo de gestión no va a quitar a nadie de pescar», ha asegurado Nates, que ha admitido que no hay unanimidad en el sector, ni siquiera entre los 191 buques de las comunidades autónomas del Norte integrados en OPPs Cantábrico que participan en la costera de la anchoa (hay 39 barcos que no están adheridos y que, de no hacerlo, dispondrían de un fondo común de capturas).
El representante de los pescadores cántabros ha defendido la propuesta trasladada al Ministerio por lo ocurrido en la anterior pesquería, cuando la flota dispuso del mayor TAC desde la parada biológica del bocarte (durante casi cinco años, entre 2005 y 2010).
A mediados de junio se agotó la cuota del 85% asignada para el primer semestre, frente al 15% reservado para los seis siguientes meses, y en agosto hubo que «cerrar la pesquería estando la mar con anchoa».
A ello hay que sumar la caída del precio de las capturas en lonja, de 40 céntimos en 2024, cuando se capturaron unos 8,5 millones de kilos (este 2025 la costera en el Cantábrico Noroeste se ha reducido un 7%).
«A la mar hay que ir a pescar euros, no kilos, y para eso hay que tener paciencia y buscar pesca grande y cuando haya pequeña, esperar», ha apostado César Nates, para defender el cambio de modelo de gestión propuesto y cuya negociación ha retrasado la apertura de la costera.