La Cooperación Española se esfuerza por continuar su labor en Malí pese a las condiciones cada vez más difíciles
A la creciente inseguridad por la violencia yihadista se suman ahora nuevas medidas por parte del Gobierno
La Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID), al igual que las ONG españolas presentes en Malí, están decididas a seguir trabajando en este país del Sahel pese a que las condiciones son cada vez más complicadas, principalmente por la incipiente inseguridad, pero también por las trabas que la Junta militar que gobierna el país están poniendo a su labor.
A finales de noviembre, las autoridades anunciaron la prohibición de operar de todas las ONG financiadas o apoyadas por Francia, después de que el Gobierno galo hubiera decretado semanas antes la suspensión de la ayuda al desarrollo para Malí, en el marco del pulso que mantienen los dos países en los últimos tiempos y que se ha visto agravado por la presencia de mercenarios rusos del Grupo Wagner, lo que motivó la retirada de las tropas francesas.
La semana pasada se ha sabido que ahora el Gobierno maliense prevé endurecer los controles sobre el trabajo, la financiación y las comunicaciones de la ONG, tanto las nacionales como las internacionales.
Según informó la agencia DPA, prevén controles mensuales de las cuentas bancarias de las ONG extranjeras, un informe mensual de actividades y la publicación de las comunicaciones con los actores estatales.
Desde la oficina de AECID en Bamako explican a Europa Press que «se está valorando el impacto de estas medidas y la manera de abordarlas en coordinación con otros Estados de la UE», sin por el momento entrar en más detalles sobre lo que esto podría suponer para la ayuda al desarrollo y la acción humanitaria que se realiza en el país.
Tampoco se quiere comentar el impacto que pueda tener en la actividad que lleva a cabo la Cooperación Española el hecho de que el Gobierno vaya a reducir su contingente en la misión de la UE en Malí, asegurando que por lo que se refiere a la seguridad tanto la AECID como las ONG toman siempre «las debidas precauciones».
Desde la Embajada, explican las fuentes consultadas, «se recomienda la máxima prudencia y cautela al personal cooperante español». En el caso concreto de los trabajadores de AECID, «se está procediendo a la firma de contratos para el alquiler de viviendas más seguras para el personal expatriado y se dispone de un contrato de vigilancia de 24 horas en las residencias de dicho personal».
DESPLAZAMIENTOS LIMITADOS
Asimismo, el personal de AECID «está limitando al máximo sus desplazamientos siguiendo siempre criterios de seguridad». Aunque inicialmente la violencia yihadista estaba confinada en el norte del país, los terroristas han ido extendiendo su radio de actuación, con el centro ahora como principal escenario, y han seguido avanzando hacia la capital.
La labor de la Cooperación Española, en lo que se refiere al ámbito de ayuda al desarrollo, se centra en Kayes (este), y en menor medida en Sikasso y Segou (sur), además de algunas intervenciones puntuales en Bamako.
Por lo que se refiere a la acción humanitaria, se trabaja también en el norte y el centro, las zonas más castigadas por la violencia, «pero en esos casos siempre con personal local que conoce de primera mano el terreno y está integrado en las comunidades», explican desde AECID. Las ONG también se encuentran con dificultades a la hora de reclutar personal extranjero, sobre todo para la ejecución de proyectos fuera de la capital.
En estas circunstancias, la Embajada y la Oficina Técnica de Cooperación (OTC) de AECID en Bamako están adaptando sus métodos de trabajo a esta situación. Además, junto con las ONG españolas presentes en el país, se está buscando nuevas vías para poder dar seguimiento a distancia de los proyectos en marcha, lo que incluye nuevas aplicaciones informáticas.
UNA APP PARA SEGUIR LOS PROYECTOS
En concreto, según explican desde AECID, se está usando la plataforma Kobo Toolbox que implementa la Alianza Sahel, con fondos de Banco Mundial. Se trata de una herramienta de recogida de datos gestionada por una organización sin ánimo de lucro y que ya han usado organismos como la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) o el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Después de que el responsable de proyectos de OTC hiciera tres meses de formación sobre su uso, se realizó una presentación a las ONG que llevan a cabo iniciativas financiadas por fondos de la Cooperación Española para formarles sobre esta plataforma.
Actualmente, según señalan desde AECID, se ha puesto en marcha en los dos últimos meses una experiencia piloto con Conemund y Ayuda en Acción, que justo han dado comienzo a proyectos financiados por la agencia.
«La plataforma Kobo hace seguimiento a través de formularios, uno por actividad, que se crea desde la OTC y se comparte con la ONG; ellos lo rellenan para que la OTC tenga en su directorio toda la información de la recogida de datos», explican las fuentes.
Lo que se busca, añaden, es «sistematizar la información a reportar a la OTC por parte de las organizaciones, y valorar hasta dónde se puede suplir la falta de seguimiento presencial en el terreno, que en estos momentos es difícil en Malí por el contexto de alta inseguridad existente en muchas regiones del país».
LA LABOR DE AECID
Según datos de la ONU, en el país hay más de 300.000 desplazados y unos 1,8 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria. Respecto a esta cuestión, AECID trabaja con organismos como UNICEF o PMA para «la transferencia de efectivo a la población y abastecimiento de alimentos de la canasta básica». También se busca potenciar la capacidad productiva tanto de los desplazados como las comunidades de acogida para mejorar sus medios de vida.
En el ámbito del desarrollo, AECID coopera en Malí en tres sectores clave: salud, desarrollo rural y género. En el primero se colabora con el Ministerio de Salud y con las ONG españolas y entre otros está en marcha un proyecto para la formación de personal médico especializado.
Por lo que se refiere al desarrollo rural, en 2022 se ha completado un proyecto de apoyo al sector del anacardo, para el que se han destinado un total de 14 millones de euros en diez años y financiado por la UE, centrado en la promoción del empleo verde y en mejorar las condiciones de vida de los jóvenes, especialmente las mujeres.
AECID está valorando ahora una nueva línea de trabajo centrada en la formación profesional, con el fin de crear nuevas oportunidades y abrir posibilidades de futuro a jóvenes malienses, rematan las fuentes.