Sánchez dice que parte del independentismo no aceptaría para Cataluña la solución de Quebec y ERC le reta a plantearla

El presidente dice que referendos como los de Escocia y el Brexit sólo llevan a la división e insiste en llamar a un nuevo Estatuto

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado este miércoles que, desde su punto de vista, parte del independentismo no aceptaría que se aplicara en Cataluña la solución que Canadá encontró para su conflicto con Quebec, donde ya se han celebrado dos referendos, mientras que el portavoz de ERC, Joan Tardà, le ha retado a poner sobre la mesa esta fórmula si cree que es la correcta.

Durante la comparecencia de Sánchez en el Pleno del Congreso para informar del último Consejo Europeo y la posición de España sobre la venta de armas a Arabia Saudía, Tardà ha sacado a relucir el conflicto catalán poniendo en valor, por su carácter plenamente democrático, la vía canadiense.

En su réplica, el presidente ha insistido en que la solución para Cataluña hay que encontrarla «en la política», pero ha deslizado que, en su opinión, «difícilmente algunos líderes independentistas estarían dispuestos a trasladar» a España la decisión que se adoptó en esa provincia canadiense, donde se han celebrado dos referendos –en 1980 y 1995– y en ambos perdió la opción separatista.

«Si cree que la vía correcta es la canadiense, propóngala», le ha contestado Tardà, incidiendo en que los conflictos entre demócratas se resuelven «con más democracia» y reconociendo que «no se puede construir la independencia obviando al 50% de los catalanes que no son independentistas».

MÁS AUTONOMÍA VS INDEPENDENCIA

A continuación, ha recalcado que el referéndum será «inevitable», pero que «los independentistas tienen que entender que el referéndum quizá no deberá ser entre independencia si o no, sino entre independencia o más autonomía».

Tardà ha insistido en que no podrá haber una solución democrática «que no integre a la inmensa mayoría social de Cataluña» y ha recalcado que desde ERC quieren «negociarlo todo» con los socialistas, eso sí, sin perder de vista «la realidad» de que «un poco menos de la mitad de los catalanes son independentistas».

En su último turno de palabra, Sánchez ha recordado los casos de Reino Unido y Escocia, donde una parte de la ciudadanía está demandando un segundo referéndum sobre, por un lado el Brexit y por otro la independencia de Escocia.

«Este tipo de referendos lo único que hacen es fragmentar, confrontar y segregar a las sociedades», ha avisado el jefe del Ejecutivo, quien ha recordado a Tardà que en todas las citas electorales que ha habido en Cataluña en los últimos años ha quedado claro que hay un «cuarenta y tantos por ciento» de proindependentistas y que el resto está «a favor de otras soluciones que permitan que Cataluña siga perteneciendo al Estado español».

En este contexto, ha insistido en que la solución tiene que nacer del acuerdo en torno a un nuevo Estatuto que se pacte primero en Cataluña y después se lleve al Congreso, como ocurrió en 2005, cuando, ha añadido, el PP cometió el «error histórico» de alentar el «agravio territorial».

«Si pensamos en grandes acuerdos donde estén representados independentistas y no independentistas nos podremos encontrar, ese es el ánimo y el espíritu con el que trabaja el Gobierno y desde esa posición trataremos de resolver esta cuestión», ha reiterado el presidente del Gobierno.

CASADO Y LA ASIGNATURA DE ERC

Por otra parte, Tardà ha aprovechado para responder a las críticas que le ha lanzado el líder del PP, Pablo Casado, para defenderse de su acusación de que si pudiera «fusilaría» a los independentistas.»Debería hablar menos de fusilar porque su partido sobre fusilamientos debería callarse. Por dignidad histórica debería callarse», le ha espetado el presidente de los populares .

«La asignatura de ERC se la aprobaron sin ir a clase», le ha soltado Tardà antes de proclamar su «orgullo» de pertenecer a una formación con miles de cargos y militantes fusilados que «siempre ha defendido la vía democrática para alcanzar la República», por mucho que algunos quieran transformar el procés en un «problema de orden público» y «ganar la batalla ideológica» generando «tensión» social.

«Si se toma patente de corso para insultar un poco menos del 50% de catalanes independentistas que votamos el 1 de octubre llamándonos golpistas, nosotros haremos lo mismo», ha avisado a Casado, antes, eso sí, de indicar esa «espiral guerracivilista» no se la «merecen» los descendientes de ninguno de los dos.

Y, por último, Tardà ha pedido a Casado que no diga «mentiras» en el hemiciclo y lo ha hecho para recordarle que, en contra de lo que él había dicho previamente, el portavoz de EH Bildu, Arnaldo Otegi, fue absuelto del presunto secuestro del fallecido diputado del PP, Gabriel Cisneros, de quien, por otra parte ha reconocido haber «aprendido» cosas «porque era muy sabio» y con quien le gustaba debatir en el Congreso.

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