La CNMC detecta incidencias en menos de un 1% de gasolineras y dice que sí están aplicando el descuento
La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, ha asegurado este viernes en Santander que el descuento de 20 céntimos a los carburantes funciona, que las gasolineras no lo están trasladando a sus márgenes en la mayor parte de los casos y que ha detectado «situaciones anómalas» en menos de un 1% de surtidores.
Asegurando que el organismo regulador sigue «muy de cerca» la evolución de los márgenes, Fernández ha sostenido que el regulador que dirige no ha detectado un «efecto de absorción» de este descuento.
«Más bien lo contrario. Los márgenes se han contenido y han disminuido sensiblemente en muchas estaciones de servicios», ha dicho en su intervención en los cursos de verano de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Todo ello después de monitorizar todos los centros de servicio, unos 12.620 en todo el país con «un indicador de alta frecuencia» sobre la fijación de precios. «Hemos detectado situaciones anómalas que no llega a cien gasolineras de las 12.620», ha explicado.
Ante las informaciones sobre cómo los operadores han disparado sus márgenes, Fernández ha reconocido un incremento del margen bruto, pero ha sostenido que este se debe a «un incremento muy sustancial de los costes que tienen que afrontar».
Por ejemplo, por las obligaciones medioambientales de los biocarburantes para incluir en su elaboración o el pago de un certificado similar a los derechos de emisión de CO2, que han elevado sus precios por encima del doble.
«Si estaban en algo más de 700 euros, este año están en 1.600 euros», ha dicho, insistiendo en que las gasolineras «no se están quedando» este descuento, y que «no hay una subida del margen entre la situación previa y la actual».
Fernández también ha querido puntualizar que la comparativa entre países europeos no es válida. «Se está haciendo de forma errónea», ha dicho, señalando cómo España reporta el precio en monolitos, el del coste de producción, sin ningún descuento ni bonificación, cuando otros países reportan el precio final de consumo.