La cirugía endoscópica de la obesidad se dispara un 38% entre las mujeres con menopausia, según IMEO
Durante los últimos dos años se han disparado un 38 por ciento las cirugías endoscópicas de reducción de estómago en mujeres con menopausia, según afirma el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), con el motivo del Día Mundial de la Menopausia que se celebra este martes, el 18 de octubre.
El aumento de peso asociado a la menopausia puede «abrir la puerta» a otras patologías, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hígado graso, deterioro cognitivo, depresión, ansiedad, demencia, osteoporosis y algunos tipos de cáncer, especialmente de mama o de colon. Por tanto, recalcan los expertos, «alcanzar un peso saludable y mantenerlo en el tiempo será decisivo para la salud global de la mujer en esta etapa».
«En esta edad las mujeres asumen que ya no se trata de un tema meramente estético, sino de algo complejo que puede afectar su salud global y esperanza de vida, y buscan una solución», recalca Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del Instituto, recordando que una de cada tres mujeres fallecen por enfermedades cardiovasculares, una de cada dos desarrolla hipertensión en la menopausia y siete de cada diez sufre de depresión durante la transición.
Con la menopausia, al descender los niveles de estrógenos, que ayudan a metabolizar la grasa, se produce una disminución de la eficacia metabólica y el aumento de la grasa visceral. El descenso en los niveles de testosterona, favorecen la pérdida de masa muscular, a lo que tenemos que añadir una tendencia a retener líquidos.
«El metabolismo basal se ralentiza y a partir de cierta edad necesita menos energía para funcionar, de modo que ingiriendo cantidades similares a las de antes, se puede engordar de forma progresiva si no se toman medidas activas», avisa la doctora Laura Crespo, médico especialista en aparato digestivo y endoscopia bariátrica del IMEO.
Con la menopausia, sobre todo en el periodo inicial, se observa un aumento de la resistencia a la leptina que provoca un incremento de la tendencia a comer de más, con preferencia por alimentos adictivos como los ricos en grasas, azúcares simples, harinas refinadas, ultrapalatables y altamente calóricos. Por todo ello no extraña la aparición de síntomas depresivos, cambios de humor e irritabilidad, problemas de sueño y un consumo emocional de comida que contribuyen a la tendencia de ganar peso.
«La menopausia tiene una comorbilidad con estados depresivos y ansiosos por dos razones principalmente», explica la psicóloga del IMEO María González. En primer lugar, porque se produce una alteración hormonal, lo cual afecta directamente al estado de ánimo. La mujer se puede sentir más irritable, sufrir alteraciones del sueño y en algunas ocasiones puede notar una pérdida de control sobre su propio cuerpo a nivel psicológico, junto a una sensación de confusión y de no entender.
En segundo lugar, esta depresión generalizada se explica con una creencia socio-psicológica, muy arraigada en el pasado que percibía la menopausia como el fin de la etapa fértil. «Durante muchas generaciones la mujer se ha valorado por su capacidad de procrear y con el cese del ciclo menstrual pasaba a un estatus social menos productivo en todos los sentidos y se relegaba a la posición de cuidadora», relata la psicóloga.