La CIDH denuncia que hay al menos 23 muertos y 715 heridos desde el inicio de la crisis en Bolivia

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha denunciado este domingo que al menos 23 personas han muerto y 715 han resultado heridas desde el inicio de la crisis en Bolivia con las elecciones del pasado 20 de octubre.

«Desde ayer son nueve fallecidos y 122 heridos desde la represión combinada de la Policía y las Fuerzas Armadas. Se totaliza por lo menos 23 personas muertas y 715 personas heridas desde el inicio de la crisis institucional y política», ha indicado el organismo en su cuenta de Twitter.

La CIDH ha expresado repetidamente su preocupación por las acciones de las fuerzas de seguridad bolivianas en el marco de las protestas que se suceden en el país.

Así, ha criticado el «uso desproporcionado» de la fuerza policial y militar y el uso de armas de fuego que, a su juicio, «deben estar excluidas de los dispositivos utilizados para el control de las protestas sociales».

Además, ha especificado que los estándares interamericanos establecen que debe limitarse «al máximo» la presencia de las Fuerzas Armadas en el control de disturbios y que el gas lacrimónego atenta «gravemente» contra los estándares jurídicos internacionales.

La crisis política en Bolivia estalló tras las elecciones presidenciales celebradas el pasado 20 de octubre. Morales proclamó su victoria mientras que la oposición denunció un «fraude gigantesco». La auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha confirmado «irregularidades».

Morales dimitió el domingo y el martes llegó a México en calidad de asilado político. Áñez se ha proclamado mandataria interina para evitar el vacío de poder dejado por la renuncia del líder indígena y otros altos cargos, asegurando que su objetivo es celebrar nuevas elecciones.

A la dimisión de Morales se sumaron las de otros altos cargos, entre ellos los llamados a sustituirle conforme a la línea sucesoria trazada por la Constitución, por lo que Jeanine Áñez, en calidad de vicepresidenta segunda del Senado, asumió las riendas del país.

Áñez ha prometido que se mantendrá en el poder sólo el tiempo que sea necesario para celebrar nuevas elecciones presidenciales, si bien ha aclarado que Morales no podrá competir en ellas, haciendo valer así el resultado del referéndum de 2017, que fue revertido por el Tribunal Constitucional.

Morales y sus seguidores han calificado lo ocurrido de «golpe de Estado».

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