La búlgara Kristalina Georgieva estaría interesada en un segundo mandato al frente del FMI
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, estaría interesada en optar a un segundo mandato de cinco años al frente de la institución gemela del Banco Mundial, según han revelado a Bloomberg fuentes familiarizadas con el asunto, para lo que ya contaría con apoyos importantes, como serían los de Alemania y Francia.
De esta forma, la economista búlgara contaría con el respaldo de las principales economías europeas, lo que resulta de especial trascendencia dado el pacto no escrito que prevé que el FMI esté dirigido por un ciudadano del Viejo Continente, al tiempo que el Banco Mundial debe estar capitaneado por alguien del gusto de Estados Unidos.
Georgieva, de 70 años, asumió el cargo en 2019 y concluirá su primer mandato a finales de septiembre. Durante este tiempo ha tenido que pilotar la institución en medio de una pandemia y una creciente fragmentación comercial y geopolítica.
Respecto a la posibilidad de repetir como directora gerente, esta ha asegurado que está centrada en su mandato actual. Sin embargo, en las reuniones de ministros de Finanzas del G20 de la semana pasada, el titular francés del ramo, Bruno Le Maire, ya indicó que Georgieva estaba haciendo un «gran trabajo» y que sería respaldada por París si decidía seguir presidiendo el FMI.
Por su parte, un alto funcionario alemán ha señalado a Bloomberg News que el responsable de Finanzas germano, Christian Lindner, también es partidario de la continuidad de Georgieva, si bien aún no se había producido ninguna confirmación a título formal.
Los rumores han sobrevolado la última rueda de prensa ofrecida por el FMI, en donde la portavoz del organismo, Julie Kozack, se negó este jueves a confirmar si Georgieva intentaría renovar mandato y alegó que es «una cuestión que, en realidad, compete a la propia directora gerente». Asimismo, Kozack apuntó a que es la junta ejecutiva de 24 miembros la encargada de elegir al posible sucesor de Georgieva.
No obstante, dado que Europa y Estados Unidos suman juntos alrededor de la mitad de las acciones con derecho de voto, cualquier alternativa que no cuente con su beneplácito quedaría probablemente descartada.