La biofísica Eva Nogales critica que se cierren puertas a científicos en función de su origen: «la ciencia es universal»


Durante su investidura como doctora honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo

La biofísica Eva Nogales ha reivindicado que «la ciencia no conoce de fronteras ni de nacionalidades» sino que «es universal» y, por ello, ha criticado que en estos momentos haya quienes promuevan políticas con las que el «origen» pueda «cerrar puertas que deberían estar abiertas».

«En un momento como el que estamos viviendo, en el que tu origen nacional puede cerrarte puertas que deberían estar abiertas, que puede discriminarte sin tener en cuenta tu conocimiento, tu talento o tu empeño, la ciencia puede y debe ser el bastión de la razón y de la justicia que no conoce de nacionalismos ni de diferencias culturales», ha enfatizado la investigadora.

La profesora de bioquímica, biofísica y biología estructural en el departamento de Biología Molecular y Celular de la Universidad de California en Berkeley e investigadora del Instituto Médico Howard Hughes se ha pronunciado así este martes durante su investidura como doctora honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Y lo ha hecho en referencia a las medidas que está anunciando la administración de Donald Trump respecto a alumnos e investigadores extranjeros en las universidades americanas y, frente a ello, Nogales ha insistido en que la ciencia «es un método universal» que «requiere del esfuerzo de muchos equipos que se forman con personas de distintos rincones del planeta».

Así, ha indicado que ella, gracias a su trabajo en Inglaterra y en Estados Unidos, ha aprendido de la «riqueza de tradiciones y culturas» que existen «y que no nos separan, sino que nos acercan». «Esa diversidad de orígenes y de formas de ver la vida han enriquecido mi laboratorio desde que lo formé hace casi 30 años y han fortalecido nuestros proyectos», ha dicho.

Al hilo de ello, ha señalado que su «familia» de estudiantes y posdoctorales ha incluido a jóvenes «brillantes, dedicados, valientes y generosos» de China, India, Pakistán, Tailandia, Vietman, Irán, Estados Unidos, México, Perú, Argentina o Sudáfrica, entre muchos otros países.

«La diversidad que puede existir en sistemas de enseñanza, así como en la preparación de científicos y académicos en distintos lugares del planeta, da lugar a una variedad de conocimientos y de planteamientos que permite una fertilización cruzada, que siempre da más fruto que sistemas endogámicos cerrados al cambio y al crecimiento», ha considerado.

Y eso, ha asegurado, «es igualmente aplicable a cualquier faceta del mundo académico y va aún más allá». En este punto, se ha referido a la discriminación por género que, aún hoy, sufren las mujeres y ha manifestado que, aunque ha estado «demasiado ocupada» para ser consciente de si le ha sucedido en su trabajo, ahora es «más sensible a ciertas ausencias».

Al respecto, se ha referido a dos actos recientes de jurados de premios en los que ha participado en Valencia y en Madrid celebrados en salas llenas de cuadros, en el primer caso con «casi 100 rostros y solo uno era de mujer, el de la Virgen María», y en el segundo con 30 ó 40 y también con «una única mujer».

«Necesitamos a cada miembro de nuestra sociedad para que todos juntos podamos afrontar los enormes retos con los que nos enfrentamos en un momento crítico para la humanidad y para el planeta que habitamos», ha reivindicado, y ha reclamado hacer de «cada individuo, independientemente de su origen, su estrato socioeconómico y, desde luego, su género, se sienta una parte valiosa del conjunto».

Y ha lamentado que «robar a las niñas y a las mujeres jóvenes de referentes con quien puedan identificarse, no ayuda en esa labor», y para avanzar en el reconocimiento de la aportación femenina ha destacado su «orgullo» por la UIMP que, además de nombrarla a ella doctora honoris causa, este verano también suma a su claustro a la escritora Isabel Allende y a la filóloga Irene Vallejo.

Al inicio de su discurso también ha asegurado que, más allá del «honor» de ser nombrada doctora honoris causa, este reconocimiento es «muy emotivo» porque la UIMP fue «donde empezó mi carrera científica», al conocer en un curso en 1988 al que fue mi director de tesis, Joan Bordás, a quien ha dedicado su doctorado porque que «me convirtió en parte de su familia científica aquí hace casi 37 años».

REFERENTE MUNDIAL Y EJEMPLO HUMANO

La catedrática de Física en la Universidad Complutense de Madrid y académica numeraria de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, María Varela del Arco, ha sido la encargada de la laudatio de Nogales a la que ha destacado como «referente científico mundial» y «ejemplo humano de disciplina, superación y tesón».

Su carrera, desarrollada prácticamente en su totalidad en Estados Unidos, está marcada por aportaciones científicas fundamentales en campos «tan trascendentes» como la biofísica, la bioquímica y la biología molecular, y ha desarrollado y aplicado «de manera pionera la cristalografía de electrones y la criomicroscopía electrónica para el estudio de los componentes celulares a escala atómica».

Pero, más allá de sus logros científicos, ha ensalzado que «el ingrediente fundamental que ha cimentado sus éxitos es su dimensión humana». «Comprometida, valiente, luchadora y trabajadora incansable. Eva es un ejemplo donde los haya, un auténtico referente científico y humano. Ella nunca lo tuvo fácil», ha dicho.

Varela del Arco ha recordado que la carrera de Nogales se gestó en la UIMP, donde asistió a un curso impartido por el doctor Joan Bordás, en aquel momento director de la instalación de la fuente de radiación de Sincrotrón del Reino Unido y a cuyo grupo de investigación se unió porque «no tenía dudas de que aquellos rayos X iban a marcar un camino».

Aunque apenas hablaba inglés, inició así una trayectoria de «éxito» que la llevó a Estados Unidos, donde pegó «un golpe de timón y se especializó en lo que serían los cimientos de una nueva era, la criomicroscopía y la cristalografía de electrones», y convirtió «un desafío en una oportunidad que hizo florecer».

«Pionera y exploradora con mayúsculas», su productividad se refleja en más de 250 publicaciones científicas que «han dejado una huella indeleble en el conocimiento humano, con un impacto de más de 40.000 citas y cientos de comunicaciones orales», y con numerosos reconocimientos, entre ellos el que recibirá en los próximos días cuando sea nombrada miembro de la prestigiosa Royal Society de Londres.

En el acto, celebrado en el Hall Real del Palacio de La Magdalena, también ha intervenido el rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Carlos Andradas, que ha destacado el acuerdo del Consejo de Gobierno de la institución para reconocer la figura de relevancia de nivel mundial de Nogales en el campo de la microscopía electrónica y sus aplicaciones.

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