La Audiencia juzga la próxima semana a la contable de una cooperativa acusada de apropiarse de 861.300 euros
El fiscal pide siete años y tres meses de prisión y la cooperativa lo eleva a once
La Audiencia Provincial de Cantabria juzgará a partir de este lunes, 19 de diciembre, a una acusada de apropiarse, en su condición de responsable contable de una cooperativa en Santander, de 861.300 euros durante casi una década y de modificar la contabilidad para ocultar el descuadre en la caja.
El fiscal la considera autora de un delito continuado de apropiación indebida y de otro continuado de falseamiento contable, por los que pide una condena de siete años y tres meses de prisión y multa de 9.000 euros. En concepto de responsabilidad civil, solicita que la acusada indemnice a la cooperativa en 861.300 euros.
Por su parte, la representación legal de la cooperativa ejerce la acusación particular y solicita en su escrito once años de prisión y 12.960 euros de multa, además de la misma indemnización pedida por la Fiscalía.
El juicio comenzará este lunes en la Sección Tercera y está previsto que continúe el martes 20 y el miércoles 21 de diciembre, en sesiones que darán comienzo a las 10.00 horas.
Según el escrito del fiscal, la acusada era trabajadora cooperativista, secretaria de tal órgano e incluso apoderada de la entidad, de modo que era una persona «de la máxima confianza de los demás cooperativistas y responsables de la entidad».
«De hecho, ejercía como gerente de la cooperativa en Santander, desempeñando las máximas funciones en el ámbito contable y administrativo», y «era la única persona con acceso a las cajas de efectivo» y quien «tenía el control de la contabilidad de la sociedad a través de la aplicación informática de gestión empleada».
Así las cosas, explica la Fiscalía que, «aprovechándose de la confianza y responsabilidad de las que gozaba, con intención de injusto enriquecimiento, desde el año 2010 y hasta 2018 se apoderó de numerosas cantidades de dinero de la caja de la sociedad, que incorporó a su patrimonio de forma paulatina» hasta alcanzar una suma de 861.300 euros.
Con el fin de evitar que otros responsables y trabajadores «se percatasen de dichas apropiaciones, procedió a modificar en multitud de ocasiones la contabilidad de la sociedad a través de la aplicación informática», «ocultando de este modo el descuadre de la caja».
En ocasiones, según recoge el escrito, «introdujo asientos contables falsos que reflejaban pagos que no respondían a operaciones reales», y otras veces «modificó asientos contables que sí respondían a operaciones reales de compra (…) para hacer constar cantidades mucho mayores».