La agrovoltaica permite un uso eficiente del suelo y mejora la biodiversidad, según un experto
Endesa promueve proyectos fotovoltaicos «integrados en la comunidad local» mediante iniciativas de colaboración
Los proyectos agrovoltaicos ofrecen ventajas respecto a las plantas fotovoltaicas tradicionales al permitir un uso más eficiente del suelo, ayudar a mejorar la biodiversidad y fomentar la integración de la comunidad local mientras se genera energía renovable, según el responsable de Innovación en Generación de Endesa, Andrés Sánchez-Biezma.
Así lo ha comprobado esta empresa energética en los cuatro proyectos piloto que tiene actualmente en España y que desarrolla desde hace un año y medio en Totana (Murcia), al este de Badajoz, en el municipio pacense de Valdecaballeros y cerca de Carmona (Sevilla). Se trata de que un mismo terreno sirva para cultivos y para albergar placas solares fotovoltaicas.
«La experiencia ha sido muy buena, muy positiva», «creemos que van a ser proyectos viables y que va a haber un interés comercial», para las comunidades locales ha declarado Sánchez-Biezma en una entrevista con Europa Press.
Según ha detallado, Endesa pretende continuar con esos proyectos piloto, estudiando la productividad y los tipos de cultivos y de especies más adecuados en cada caso, durante al menos un año o un año y medio más, antes de ampliar la extensión que ocupan y que empiecen a funcionar de manera normal.
Además, se van a impulsar nuevos proyectos agrovoltaicos en España y Portugal, incluidos algunos en Baleares y Canarias, donde, según este experto, «este tipo de soluciones todavía cobran más interés» porque en las islas hay una mayor necesidad de aprovechar bien el espacio.
«No existe una competencia entre la explotación fotovoltaica y la explotación agrícola, sino que conviven en el mismo espacio y, por lo tanto, somos más eficientes en el punto de vista del aprovechamiento del terreno», ha explicado.
CULTIVOS PARA MEJORAR EL SUELO Y EL HÁBITAT NATURAL
Pero, además de plantar verduras como pimientos, calabacines o brócoli y hierbas aromáticas como el romero o el cilantro, se han introducido otros cultivos con el objetivo de crear ecosistemas que mejoren la biodiversidad de la zona y se reduzca, por tanto, el impacto de la propia instalación fotovoltaica.
Como ejemplos, Sánchez-Biezma ha mencionado la vegetación herbácea de pradera y leguminosas como la alfalfa o el yero, con las que no se persiguen fines comerciales, sino mejorar el suelo y el hábitat natural.
A su juicio, el modelo agrovoltaico es un «concepto de futuro claro» en zonas agrícolas, pero ha señalado que es importante definir bien el proyecto previamente, tanto las especies que se van a cultivar cómo la manera en que se integran dentro de la planta fotovoltaica.
UN APIARIO EN UNA PLANTA FOTOVOLTAICA
Por otro lado, el responsable de Innovación en Generación de Endesa ha destacado otro elemento de «valor añadido» de estos proyectos, que, aparte de producir un beneficio económico y generar empleo relacionado con la construcción y operación de la central fotovoltaica, están «más integrados en la comunidad local».
«Endesa está trabajando mucho en esa línea porque entendemos que es básico que el desarrollo fotovoltaico se tiene que hacer de manera racional y muy asociado también a las comunidades locales», ha manifestado al referirse a las iniciativas de colaboración con ayuntamientos y asociaciones.
Por ejemplo, en la planta sevillana de Las Corchas, se ha colaborado con el Ayuntamiento de Carmona y con la sociedad civil del municipio para montar un apiario solar. Se trata de 30 colmenas instaladas en la propia planta solar.
Están gestionadas por un apicultor local que además tiene la oportunidad de trabajar con las plantas aromáticas para las abejas. Esta sinergia está permitiendo producir una miel solar que ahora utilizan un panadero local y unas monjas de clausura de Carmona para hacer dulces, mientras que los tarros los etiqueta una asociación de personas con discapacidad intelectual.