La aduana comercial de Ceuta operará de lunes a viernes con una operación en cada sentido al día
CEUTA, 13
La delegada del Gobierno en Ceuta, Cristina Pérez, ha confirmado que la aduana comercial con Marruecos está oficialmente abierta después de que el martes se produjera la primera operación comercial exitosa y operará de lunes a viernes con una operación en cada sentido diaria.
«Hemos conseguido un hito histórico en nuestras relaciones con el país vecino (…) Esto entra dentro de la hoja de ruta que el Gobierno de España se marcó en sus relaciones con Marruecos», ha expresado la socialista, quien ha tildado de «excelente» el vínculo con el reino alauí.
La aduana estará abierta para exportaciones e importaciones de una «amplia variedad» de productos que aparecen explicitados en un listado. Entre ellos, artículos automovilísticos, electrodomésticos, de higiene, áridos o frescos, como pescado o verduras. La lista podrá ser ampliada en base a las demandas de los empresarios.
Se producirá una operación de importación y otra de exportación a diario, tan solo de lunes a viernes, en un horario aún indeterminado. La cantidad de mercancía que podrá cruzar la frontera en un lado y en otro «no es ilimitada», sino que se establecerá el volumen permitido de cada producto, según ha explicado.
La Delegación de Gobierno se encuentra actualmente cuadrando reuniones con la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE) como con la Cámara de Comercio, con el fin de que las primeras operaciones se produzcan bajo el amparo de estos.
Cristina Pérez ha aclarado que la institución que lidera quedará relegada a un rol «más secundario», de interlocución, y no de intervención, la cual corresponderá a la clase empresarial y a las agencias tributarias de España y Marruecos.
«En caso de necesidad, la Delegación del Gobierno va a estar ahí. Es más, si en esas primeras operaciones, los empresarios o los transitarios consideran que debemos estar al tanto, por si hay algún problema, estaremos a su disposición», ha garantizado Pérez.
Cristina Pérez ha dejado claro que quiere una «frontera ordenada», no está dispuesta a «volver al desorden que hubo en años previos al Covid». Quiere una frontera «en la que todo obedezca a la legalidad vigente con carácter internacional».