La ADE niega que sus críticas a Albares sean «una cuestión de ego» o partidista: «No podemos cumplir nuestra función»


Su presidente denuncia que la falta de información hace que los embajadores en ocasiones no conozcan la posición del Gobierno

El presidente de la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), Alberto Virella, ha querido dejar claro que las críticas que en la última semana han dirigido al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, principalmente por su política de nombramientos, no obedecen a una «cuestión de ego» ni tampoco tienen un carácter partidista, sino que los miembros de la Carrera Diplomática consideran que en estos momentos no pueden cumplir adecuadamente con sus funciones.

La ADE, que representa al 60% de los diplomáticos, envió la semana pasada una carta a Albares, a la que aún no han recibido respuesta, reclamando «criterios objetivos y no arbitrarios» a la hora de nombrar embajadores y también de cesarlos y defendiendo que la aprobación pendiente del Reglamento de la Carrera Diplomática podría ayudar a solventar esta situación.

Después de que hayan salido a la luz en los últimos días los próximos relevos de tres embajadores, el ministro ha esgrimido que en su decisión pesa siempre elegir al mejor para el puesto en función del contexto en el país de destino y ha asegurado también que no hay ningún sesgo de carácter político en sus nombramientos, porque ha nombrado embajadores vinculados al PP en el pasado.

Además, también ha apuntado a que un embajador cobra más que el personal destinado en la sede central del Ministerio y es quien se lleva «la gloria», pero son más lo que desempeñan esta última función, dando a entender así que las críticas vendrían motivadas por una cuestión económica.

«No es una cuestión de ego», asegura a Europa Press Virella, «ni tampoco una cuestión partidista». El problema es que dado el clima que se vive en el Ministerio y el control total que ejerce Albares «no podemos hacer nuestro trabajo y servir a España y a los españoles como funcionarios que somos», resume.

Tanto el presidente de la ADE, como otros diplomáticos consultados por Europa Press, denuncian que todas las decisiones pasan por el ministro y también el control total de la información por su parte, hasta el punto de que está prohibido poner información sensible en las notas internas y no hay minutas de lo que habla el ministro en sus bilaterales y encuentros.

VAN PERDIDOS

Como resultado, los embajadores o los altos cargos que tienen que representar a España en determinados actos o reuniones «no saben cuál es la posición del Gobierno y van perdidos», resume Virella, que también afea el hecho de que los embajadores no puedan hablar con la prensa o publicar artículos hablando de las relaciones bilaterales con el país en el que están destinados.

Los subdirectores generales, que tienen un papel fundamental en el ministerio porque son los que se encargan de los temas específicos, han quedado reducidos a «meros comparsas» ya que como «la información no fluye» se han visto despojados de su función primaria de análisis, puntualiza otro diplomático.

Además, estos últimos tienen que pedir autorización para mantener contactos con las embajadas que antes eran normales y no siempre la reciben, explica Virella, mientras que su compañero de carrera también denuncia que la comunicación con Moncloa y con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la centraliza Albares. «El sistema está gripado», ilustra este último.

Albares «se comporta como un ministro de un Estado que no es democrático», señala este diplomático destinado en el exterior y que prefiere no dar su nombre por temor a ser cesado, lamentando el hecho de que el ministro «coquetee con que podría ser peor» en los casos de quienes son cesados y dando a entender que «les podría mandar a galeras». En su opinión, usa los nombramientos de diplomáticos vinculados al PP para intentar desmontar las acusaciones y de forma oportunista por su «instinto de supervivencia».

EQUIPO INEXPERTO

Otra de las cuestiones sobre las que llama la atención el presidente de la ADE, y coinciden otros diplomáticos, es que el ministro se está rodeando de un equipo sin la experiencia necesaria y que vive atemorizado, por lo que no tiene iniciativa ni se atreven a decir nada.

Así, Virella pone de relieve la tendencia a nombrar a diplomáticos para puestos que nada tienen que ver con su trayectoria y formación. «Esto es indicativo de la destrucción que se está produciendo en el Ministerio», subraya. A su juicio, la única «explicación racional» para hacer algo así es que «se cuida mucho de que su equipo esté formado por personas que sepan menos que él».

Albares «no busca asesoramiento, busca ejecutores y que nadie le conteste» en sus decisiones, acota otro diplomático, que recuerda que cuando llegó al Ministerio en julio de 2021 cesó a 24 de los 25 directores generales e hizo «tabla rasa». Todo ello, opina, supone «un perjuicio completo a los intereses del país» y es contrario a la política de Estado que siempre propugna que tiene que ser la política exterior.

En cuanto a la reclamación de un nuevo Reglamento de la Carrera Diplomática, después de que el Tribunal Supremo tumbara el anterior en 2017 adoptado en 2014 durante el Gobierno de Mariano Rajoy, los diplomáticos entienden que ayudaría a acotar la discrecionalidad del ministro y evitar la arbitrariedad a la hora de nombrar embajadores. «No pueden ser una lotería ni un capricho», resume el presidente de la ADE.

Entre los diplomáticos hay malestar por que el reglamento no haya sido aprobado ya, máxime cuando el texto está cerrado desde antes de que Arancha González Laya dejara el cargo en julio de 2021 y ya cuenta con el visto bueno del Consejo de Estado.

CRITERIOS PARA NOMBRAR EMBAJADORES

Dicho reglamento incluye, entre otras cosas, toda una serie de requisitos que a priori deberían cumplir los diplomáticos para ser nombrados embajadores, principalmente años de experiencia y haber ocupado puestos previos de responsabilidad y de dirección de equipos dado que al frente de la Embajada tendrá que coordinar oficinas dependientes de otros ministerios.

Virella deja claro que no todos los nombramientos que está haciendo el ministro son erróneos pero no siempre está pesando la experiencia previa a la hora de nombrar a titulares de determinadas embajadas o está eligiendo a «excelentes profesionales para cargos y funciones a las que nunca se dedicaron previamente».

Tanto el presidente de la ADE como otros diplomáticos consideran que Albares prefiere tener el reglamento guardado en un cajón porque no quiere ver limitada su discrecionalidad a la hora de hacer nombramientos. «Si no existen criterios es imposible demostrar arbitrariedad», resume uno de los diplomáticos consultados.

Además, Virella pone en tela de juicio el argumento ofrecido por Exteriores de que están pendientes de comprobar que el texto sea conforme al anteproyecto de Ley de Función Pública que se encuentra en pleno trámite parlamentario, tras haber decaído en la legislatura pasada por el adelanto electoral.

«Si preocupa tanto que el reglamento sea conforme con la legalidad, tiene que estar de acuerdo con la vigente y no con un proyecto que no sabemos si se va a aprobar ni cuándo», lamenta, subrayando que «esto es una explicación dilatoria para no aprobar nada que pueda significar una limitación al procedimiento». Además, «no sabemos cuál es la última versión, no hay transparencia».

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