La acumulación en el cerebro de gadolinio no provoca deterioro cognitivo
La acumulación en el cerebro de gadolinio, un componente clave en los materiales de contraste usados en las resonancias magnéticas, no provoca deterioro cognitivo, según un estudio llevado a cabo por expertos de la Clínica Mayo en Rochester (Estados Unidos) y que ha sido presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de América del Norte (RSNA).
Históricamente, los científicos creían que este material no podía atravesar la barrera hematoencefálica, la membrana semipermeable que filtra selectivamente los materiales que el torrente sanguíneo inyecta al líquido extracelular en el cerebro y el sistema nervioso central, si bien recientemente se han encontrado rastros de gadolinio en el cerebro.
Ante este hallazgo, el pasado 8 de septiembre de 2017, la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) recomendó agregar una advertencia sobre la retención de este metal en varios órganos, incluido el cerebro, cuando se realiza una resonancia magnética, especialmente en los niños y mujeres embarazadas.
Sin embargo, ahora los investigadores estadounidenses han comprobado que cuando se acumula en el cerebro no provoca deterioro cognitivo. A esta afirmación han llegado tras analizar los datos del Estudio de Envejecimiento de la Clínica Mayo (MCSA), la cohorte poblacional prospectiva más grande del mundo sobre el envejecimiento, sobre los efectos de la exposición a gadolinio en la función neurológica y neurocognitiva.
NI AUMENTA EL RIESGO DE DEMENCIA
Todos los participantes de MCSA se sometieron a una evaluación neurológica y a pruebas neuropsicológicas al inicio del estudio y durante 15 meses. Las puntuaciones neurológicas y neurocognitivas se compararon con métodos estándar entre pacientes que no tenían antecedentes de exposición previa a gadolinio y entre aquellos que se sometieron a una resonancia magnética previa con agentes de contraste basados en gadolinio.
En concreto, se analizaron a 4.261 hombres y mujeres cognitivamente normales de entre 50 y 90 años, con una edad media de 72 años. De los 4.261 participantes, 1.092 (25,6%) habían recibido una o más dosis de contraste a base de gadolinio, y al menos un participante recibió hasta 28 dosis previas.
Después de ajustar los datos por edad, sexo, nivel de educación, rendimiento neurocognitivo inicial y otros factores, los científicos observaron que la exposición a gadolinio no fue un predictor significativo de deterioro cognitivo, demencia, disminución del rendimiento neuropsicológico o disminución del rendimiento motor.
Asimismo, no se observaron efectos relacionados con la dosis entre estas medidas y la exposición a gadolinio no fue un factor de riesgo independiente en la tasa de deterioro cognitivo del estado cognitivo normal a la demencia en este grupo de estudio.
«Este estudio proporciona datos útiles de que las dosis razonables de gadolinio que el 95 por ciento de la población probablemente reciba durante su vida se asocien con resultados clínicos adversos», han zanjado los científicos.