La actividad de la eurozona se acelera en abril a máximos de siete meses, a pesar de la guerra y la inflación
La actividad del sector privado de la eurozona se ha acelerado en abril hasta máximos de los últimos siete meses, gracias al impulso del sector servicios tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia, contrarrestando el impacto de la guerra en Ucrania y de las crecientes presiones inflacionistas, según refleja el índice compuesto de gestores de compra (PMI), elaborado por S&P Global.
En abril, el dato compuesto del PMI se ha situado en 55,8 puntos, frente a los 54,9 del mes anterior, lo que supone la mejor lectura del dato en siete meses, después de la aceleración de la actividad en el sector servicios, cuyo PMI ha subido a 57,7 puntos desde 55,6, registrando máximos de ocho meses, mientras que el PMI manufacturero ha caído a mínimos de 15 meses, con 55,3 puntos, frente a los 56,5 del mes pasado.
«La zona euro ha comenzado el segundo trimestre desde un nivel más fuerte de lo esperado, contradiciendo las expectativas generalizadas de ralentización», ha señalado Chris Williamson, economista jefe de S&P Global, para quien la debilidad del sector manufacturero suscita, sin embargo, gran preocupación, puesto que indica que la economía «no está funcionando como debería».
«Abril dio paso a una economía de dos velocidades en la zona euro», ha apuntado en referencia a que los fabricantes han sufrido debido a un desplazamiento de la demanda de productos a favor de los servicios por la relajación de las restricciones por la pandemia, más notablemente a través de un aumento récord del gasto en actividades como los viajes y el ocio.
Además de las diferencias entre sectores económicos, las tendencias de la actividad también fueron considerablemente diferentes en los distintos países de la eurozona, ya que la actividad se frenó hasta mínimos de tres meses en Alemania, mientras que en Francia se aceleró el crecimiento al ritmo más marcado desde enero de 2018.
Asimismo, el crecimiento también se aceleró en el resto de la zona euro en su conjunto, alcanzando su máximo de cinco meses gracias a unos mejores resultados en el sector servicios.
En abril, aunque la inflación de costes se atenuó ligeramente, el aumento de los precios fue el segundo más intenso registrado en toda la serie histórica, con un alza récord en Alemania.
Además del aumento de precio de las materias primas, las empresas indicaron una presión en los costes de la energía y de los salarios.
Estos aumentos de los costes fueron repercutidos a los clientes, generando así el alza más intensa de los precios cobrados de toda la serie, con nuevas tasas récord de inflación tanto para los productos como para los servicios.
«Los dos sectores compartieron un nuevo aumento de las presiones de costes (…) enviando una señal alarmante de que las presiones inflacionistas siguen acumulándose», ha advertido Williamson, para quien esto puede hacer que los responsables de la política monetaria se decanten quizás por una postura más dura.
Asimismo, el experto ha alertado de que el aumento constante del coste de la vida sugiere que el crecimiento registrado por el sector servicios podría detenerse bruscamente una vez que se desvanezca el repunte inicial provocado por la reapertura de la economía.