Kazajistán.- Kazajistán confirma la muerte de «decenas» de manifestantes que intentaron irrumpir en sedes públicas
La Policía lanza una operación antiterrorista y denuncia la presencia de «bandidos» entrenados «en el extranjero»
Las autoridades de Kazajistán han confirmado este jueves la muerte de «decenas» de personas que intentaron irrumpir en la noche del miércoles en varios edificios administrativos en la ciudad de Almaty en el marco de las protestas de los últimos días por el aumento de los precios del gas licuado.
La portavoz de la Policía de Almaty, Saltanat Azirbek, ha indicado que «fuerzas extremistas intentaron irrumpir en edificios administrativos», entre ellos la sede de la Policía. «Decenas de atacantes han sido eliminados, están determinándose sus identidades», ha agregado.
Asimismo, ha dicho que hay una operación antiterrorista en esta zona de la ciudad y ha pedido a los residentes que «eviten salir de sus casas, por su propia seguridad», según ha recogido la agencia rusa de noticias TASS. La Policía de la ciudad ha recalcado en un comunicado que el objetivo es «establecer el orden».
Así, la Policía local ha dicho que «seguidores radicalizados de los disturbios han causado enormes daños a la ciudad y han opuesto resistencia a las acciones legítimas de las agencias de seguridad para establecer el orden y garantizar la seguridad».
«Los extremistas están saqueando y causando daños a negocios», ha apuntado, al tiempo que ha subrayado que «ponen en peligro la vida y la salud de los civiles, obstruyendo el trabajo de los trabajadores médicos y causando daños a clínicas y hospitales».
«Los bandidos que están actuando en Almaty están altamente organizados, lo que demuestra que fueron entrenados de forma seria en el extranjero», ha reseñado la Policía, que ha denunciado que «su ataque contra Kazajistán es un acto de agresión y un intento de alterar la integridad del Estado».
Por su parte, la oficina del comandante de la Policía de Almaty ha cifrado en trece el total de agentes muertos en los enfrentamientos, después de que se confirmaran ocho fallecidos a última hora del miércoles.
Fuentes de la oficina han indicado en declaraciones a la agencia rusa de noticias Sputnik que «trece agentes de seguridad han muerto» y ha agregado que los cadáveres de dos de los agentes fueron posteriormente decapitados por los agresores.
Asimismo, han resaltado que más de 350 agentes han resultado heridos en el marco de las protestas, al tiempo que han argüido que el hecho de que algunos cadáveres hayan sido decapitados «es prueba directa del carácter terrorista y extremista de las formaciones de bandidos que atacaron Almaty».
El presidente kazajo, Kasim Jomart Tokayev, se dirigió el miércoles a la nación para reafirmar que actuará «con la mayor dureza posible» contra los responsables de los disturbios, así como con todos aquellos que hayan participado en ellos.
«La mitad del territorio de nuestro país está envuelta en disturbios. La situación es especialmente difícil en Almaty (…) y esto no se puede tolerar», dijo, antes de apuntar por primera vez desde el inicio de las manifestaciones a la existencia de «varios muertos y heridos».
La ciudad de Almaty es por ahora el principal escenario de las manifestaciones, que también se han extendido a grandes ciudades como Nursultán, la capital, y Mangistau, por ello el presidente Tokayev he decretado el estado de emergencia en varias regiones y un toque de queda entre las 23.00 y las 07.00 horas (hora local).
Ante esta situación, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) –una alianza militar conformada por Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán– ha anunciado que enviará tropas al territorio kazajo, en respuesta a la petición del presidente.
«En relación con la petición del presidente de Kazajistán y en vista de la amenaza a la seguridad nacional y la soberanía de Kazajistán causada, entre otras cosas, por la interferencia externa, el Consejo de Seguridad Colectiva de la OTSC (…) decidió enviar las Fuerzas Colectivas de Mantenimiento de la Paz a Kazajistán», ha destacado el primer ministro de Armenia y presidente del Consejo, Nikol Pashinián.