Jasa Alimentación cardioprotege sus delegaciones en Madrid y Valencia con Almas Industries B+Safe
/COMUNICAE/
Las delegaciones de Jasa en Madrid y Valencia suman cerca de 150 trabajadores. Ambos centros están situados en polígonos industriales y reciben a muchos transportistas y visitantes cada día, que también estarán cardioprotegidos. Además de la instalación de los equipos DESA, Almas Industries B+Safe ha formado en las técnicas de RCP y en el uso del DESA a 28 personas, repartidas entre las dos sedes
Jasa Alimentación ha cardioprotegido sus delegaciones en Madrid y Valencia instalando un desfibrilador de Almas Industries B+Safe en cada una de ellas. “Hemos comenzado por estas sedes porque son las que tienen la plantilla más amplia, en un horario de 24 horas”, comenta Joaquín Ayora Terrasa, gerente de la empresa.
La iniciativa se enmarca en la estrategia de refuerzo de seguridad de los trabajadores, una prioridad para Jasa. “Cuando nos enteramos de la posibilidad de disponer de desfibriladores para proteger la vida de los trabajadores, no lo dudamos y los instalamos”, indica el gerente.
Las delegaciones de Jasa en Madrid y Valencia suman cerca de 150 trabajadores. Ambos centros están situados en polígonos industriales y reciben a muchos transportistas y visitantes cada día, que también estarán cardioprotegidos.
Jasa Alimentación es una empresa familiar con más de 70 años de tradición, dedicada a la distribución de productos de alimentación, centrada en el servicio y la atención al cliente y asegurando la calidad y la seguridad alimentaria de los productos que suministra.
Además de la instalación de los equipos DESA, Almas Industries B+Safe ha formado en las técnicas de RCP y en el uso del DESA a 28 personas, repartidas entre las dos sedes. A ellos se suma parte del personal que había recibido formación en RCP y el hecho de que, al tratarse de desfibriladores guiados, en caso de un accidente cardiaco, podrían ser utilizados por personas sin formación previa.
Desde hace años, Jasa promueve activamente la salud de sus empleados. Anualmente, se realizan reconocimientos médicos para asegurar que los trabajadores pueden desarrollar su actividad sin problemas y no han tenido en los últimos meses ningún problema de salud. Además, se les anima a llevar una vida saludable, hacer ejercicio de forma regular, y se les facilita formación para promover una cultura de vida sana.
“Para Jasa Alimentación -comenta Joaquín Ayora Terrasa- la instalación de estos desfibriladores es una gran inversión. Es posible que nunca se lleguen a usar, pero en ningún caso se puede entender que es un gasto innecesario. Si, por desgracia, hay que usarlos y consigues salvar la vida de uno de tus trabajadores, habrá valido la pena todo el dinero invertido”.
El gerente añade que “la esencia de Jasa es, a través de su actividad empresarial, mejorar el entorno, tanto laboral, como económico, y el bienestar de nuestros trabajadores y, en la medida en que podemos, de la sociedad. Está en nuestro ADN contribuir a la mejora continua, desarrollando acciones que nos permiten crecer tanto a nivel personal como profesional”
ANEXO
Espacios cardioprotegidos conectados
La cardioprotección es una tendencia emergente orientada a la protección del corazón en caso de episodios cardíacos. El gran número de muertes por paro cardíaco en la población ha animado a gobiernos, empresas, entidades y asociaciones a concienciar a la población y tomar medidas que permitan revertir la situación gracias a la creación de zonas o espacios cardioprotegidos.
Estas zonas cuentan con, al menos, un desfibrilador, con mantenimiento garantizado y con personas adecuadamente formadas para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino (para conseguir que vuelva a latir el corazón de la persona afectada), hasta la llegada de los servicios médicos de emergencia.
Para que las posibilidades de supervivencia ante un paro cardíaco repentino sean óptimas, se debe realizar de forma inmediata una resucitación cardiopulmonar (RCP) que permita mantener el flujo necesario de sangre oxigenada al cerebro hasta que se restablezca el ritmo cardíaco normal mediante la descarga eléctrica suministrada por un desfibrilador. El tiempo máximo para aplicar la desfibrilación a una persona que ha sufrido un paro cardiaco repentino es de un máximo de 5 minutos.
Hay identificados cuatro pasos críticos para tratar el paro cardíaco repentino, denominados
Cadena de Supervivencia:
- Reconocimiento y llamada al servicio de emergencia.
- Una rápida resucitación cardiopulmonar (RCP).
- Desfibrilación temprana.
- SVB y cuidados post-resucitación
Proyecto+Vida
Proyecto de RSC de B+SAFE creado para fomentar el cuidado del corazón y una cardioprotección eficaz, así como enfocar la tecnología al servicio de la seguridad y la prevención en las organizaciones.
Sus acciones: sensibilización sobre la cardioprotección, fomento de hábitos de vida saludables, formación de conocimientos básicos en RCP/SVB, cardioprotección de eventos, donación de desfibriladores, donación de sistemas de seguridad para prevención, organización de eventos y talleres.
Fuente Comunicae