Japón sube tipos por primera vez en 17 años y pone fin a la era de las tasas negativas
El Banco de Japón ha decidido en su reunión de este martes dar un histórico giro a su política monetaria al anunciar la primera subida del precio del dinero en 17 años, poniendo así fin a la era de los tipos negativos en la que la institución se adentró en 2016, convirtiéndose así en el último banco central en todo el mundo en cerrar este capitulo monetario.
En su reunión de hoy, el Consejo de Política del Banco de Japón ha decidido, por una mayoría de 7 a 2 votos, elevar la tasa de referencia a corto plazo hasta un rango del 0% al 0,1% en lo que representa la primera subida de los tipos de interés del país desde 2007, según ha anunciado la entidad.
La decisión supondrá que la institución «alentará que la tasa de interés a un día sin garantía se mantenga entre 0 y 0,1%», frente al anterior -0,1%, para lo que el Banco de Japón aplicará una tasa de interés del 0,1% a las cuentas corrientes a partir del 21 de marzo de 2024.
Asimismo, como parte de la estrategia de salida, la entidad también ha decidido también poner fin al control sobre la curva de rendimiento de los bonos soberanos a diez años de Japón, otra medida implementada desde 2016 en el marco de su política de alivio cuantitativo y cualitativo (QQE), que según la entidad «ha cumplido su función».
«El Consejo de Política del Banco de Japón evaluó el círculo virtuoso entre salarios y precios y consideró que estaba a la vista que el objetivo de estabilidad de precios del 2% se alcanzaría de manera sostenible y estable hacia el final del periodo de proyección del Informe de Perspectivas de enero de 2024», ha indicado la institución japonesa.
Por otro lado, el Banco de Japón ha anunciado que seguirá con sus compras de bonos «aproximadamente por el mismo importe que antes», asegurando que, en el caso de un rápido aumento de las tasas de interés a largo plazo, tomará respuestas ágiles, incluyendo la posibilidad de aumentar la cantidad de compras de deuda.
Sin embargo, la institución ha decidido abandonar sus compras de otros activos, como los fondos cotizados en bolsa (ETF) y fideicomisos de inversión inmobiliaria japoneses (J-REIT), mientras que reducirá gradualmente el importe de las compras bonos corporativos con el objetivo de finalizarlas en aproximadamente un año.
A pesar de la histórica subida de tipos acordada este martes, el Banco de Japón ha subrayado que dadas las actuales perspectivas de actividad económica y precios, prevé que por el momento se mantendrán condiciones financieras acomodaticias.
Entre las voces discordantes con la opinión mayoritaria del Consejo, si bien Nakamura Toyoaki se mostró a favor de suspender las compras de ETF y otros activos, el consejero prefería continuar con la política de tipos de interés negativos hasta confirmar la recuperación de la capacidad de las pequeñas y medianas empresas para aumentar los salarios.
Asimismo, el consejero Noguchi Asahi discrepó de la decisión, considerando que se debería evitar poner fin simultáneamente al marco de control de la curva de rendimiento y a la política de tipos de interés negativos, desde la perspectiva de que el Banco de Japón debería evaluar más cuidadosamente si el círculo virtuoso entre salarios y precios se ha vuelto más sólido, reduciendo así los riesgos.
En su análisis macroeconómico, el Banco de Japón considera probable que la economía del país continúe recuperándose moderadamente por el momento, respaldada por factores como la materialización de la demanda reprimida, aunque se espera que esté bajo una presión a la baja derivada de una desaceleración en el ritmo de recuperación de las economías extranjeras.
De tal modo, a medida que se intensifica gradualmente el círculo virtuoso que va del ingreso al gasto, se prevé que la economía de Japón seguirá creciendo a un ritmo superior a su tasa de crecimiento potencial.
De su lado, anticipa que la tasa de aumento interanual del IPC de referencia (sin alimentos frescos) supere el 2% hasta el año fiscal 2024, debido a efectos de base, incluyendo una disminución de los efectos de las medidas económicas del Gobierno que redujeron la inflación del año anterior.
«A partir de entonces, se prevé que la tasa de aumento se desacelere debido a la disipación de estos factores», mientras que prevé que el IPC subyacente aumente gradualmente hacia el objetivo de estabilidad de precios, a medida que la brecha de producción se vuelva positiva y las expectativas de inflación a mediano y largo plazo y aumento del crecimiento salarial.
En este sentido, la semana pasada la Confederación de Sindicatos Japoneses, conocida como Rengo, la mayor fuerza sindical del país, con alrededor de 7 millones de afiliados, anunció que sus asociados han pactado una subida salarial promedio del 5,28% para el ejercicio fiscal 2024, lo que supone la primera vez desde 1991 que el aumento comprometido de las retribuciones superará el 5%.
Tras conocerse la decisión del Banco de Japón, el selectivo Nikkei 225 de la Bolsa de Tokio ha logrado concluir la sesión con una subida del 0,66% para cerrar en los 40.003,60 puntos básicos, su nivel más alto desde hace casi dos semanas y cerca del máximo histórico al cierre del pasado 4 de marzo.
De su lado, en el mercado de divisas el yen se fortalecía momentáneamente frente al dólar, que llegaba a cambiarse por 149 yenes, aunque a lo largo del martes el cruce volvía a superar los 150 yenes por cada billete verde .
REACCIONES.
«El Banco de Japón puso fin hoy a más de una década de políticas ultralaxas, pero no creemos que vaya a elevar más su tasa de interés en los próximos meses», señala Marcel Thieliant, responsable para Asia Pacífico de la consultora Capital Economics.
«No esperamos más aumentos de los tipos de interés oficiales», ha apuntado el experto, para quien las negociaciones del próximo año resultarán en aumentos salariales menores, mientras que el impulso detrás del alza de los precios al consumidor se está debilitando claramente.
De su lado, Shigeto Nagai, economista jefe para Japón de Oxford Economics, el Banco de Japón mantendrá una política efectiva de tipos de interés cero al menos durante un año más, aunque considera que la redacción de la postura expresada por la entidad «más vaga y menos vinculante de lo previsto».
En cualquier caso, el analista apuesta por que la institución tomará medidas cautelosas para la salida, lo que será un proceso delicado dada la magnitud significativa de la QE del Banco de Japón en comparación con otros bancos centrales.
«Después de estar en un entorno de tipos bajos durante muchos años, la economía japonesa es extremadamente vulnerable a un aumento en los rendimientos a largo plazo», advierte Nagai, para quien una subida de los tipos empeoraría la situación fiscal, y el sistema bancario podría verse sacudido por una pérdida significativa en las carteras de bonos.
Por su parte, Gurpreet Garewal, estratega macro de renta fija y soluciones de liquidez para Goldman Sachs Asset Management, ha destacado que el final «de un régimen de política no convencional» ha sido posible por el fuerte crecimiento de los salarios, junto con una inflación subyacente superior al 2% desde finales de 2022, lo que ayudó al Banco de Japón «a ganar confianza en el círculo virtuoso entre salarios e inflación».
«Prevemos nuevas subidas de tipos, aunque limitadas, teniendo en cuenta que los tipos reales en Japón siguen siendo bajos y las condiciones financieras son laxas en relación con el contexto de la inflación», ha apostillado.