Izquierda Socialista critican la «involución democrática» del PSOE y pide que el 40 Congreso debata «limitar mandatos»
Avisa contra el «hiperliderazgo» y la concentración de poder que dificulta expresar el pluralismo en los órganos internos
La corriente Izquierda Socialista critica la «involución democrática» del PSOE y, entre las cerca de cien enmiendas que ha preparado para el 40 Congreso socialista, ha propuesto que el partido «limite mandatos» por entender que está aquejado de «hiperliderazgo» y de concentración de poder en pocas personas que dificulta expresar el pluralismo en los órganos internos.
Así lo ha explicado su portavoz, Vicent Garcés, en declaraciones a Europa Press, en las que muestra su preocupación por lo que puede ser una «cierta involución democrática» en el partido, entre otras razones, por las fórmulas que se están adoptando «tanto para la elección de delegados al Congreso Federal», como por la «dificultad para que el pluralismo interno del partido se exprese orgánicamente, en los órganos ejecutivos y deliberantes del partido».
En este sentido, ha asegurado que el problema que han detectado «ahora mismo» es que la elección de delegados «se ha hecho a través de una figura que se llama cabeza de delegación, que se elige por primarias, y una vez elegida, esa persona elabora la lista de delegados».
Por ello, Garcés considera que el «principio de participación máxima de la militancia no se da en estos momentos», por lo que en sus enmiendas han propuesto que se aplique «el principio de máxima participación de la militancia a través del voto para elegir delegados y representantes institucionales».
CRITICAN LO MISMO QUE EN LA ETAPA DE FELIPE GONZÁLEZ: EL HIPERLIDERAZGO
Recuerda también que Izquierda Socialista apoyó a Pedro Sánchez tanto para que llegara a la Secretaría General como después en las investiduras, y señala que «en algún momento, sin el apoyo de esta corriente, habría sido más difícil» para él.
Pero apunta que lo que les preocupa ahora es «una cosa que ya habíamos criticado en la etapa de Felipe González, que es el hiperliderazgo, la concentración de poder interno orgánico en pocas personas y entidades internas». Por ello, quieren que esto se corrija en el 40 Congreso y quede «mejor definido».
En esta línea, lo que proponen en sus enmiendas es la «limitación de mandatos» para los secretarios generales, tanto el federal como los autonómicos, para evitar que se acumulen cargos en la misma persona. Garcés precisa que aunque no dicen abiertamente en las enmiendas que el presidente del Gobierno no sea el secretario general del partido, sí consideran que podría ser «objeto de debate». Aunque creen que este debate se debe extender a otros cargos del PSOE que son alcaldes, diputados autonómicos, estatales, secretarios generales… es decir, «que en sí mismo concentran mucha representación».
PLANTEAN MANTENER EL BLOQUE DE INVESTIDURA
Entre las enmiendas de Izquierda Socialista también recalca que se apoya la coalición con Unidas Podemos y se plantea mantener el bloque de investidura al tiempo que rechazan que pueda haber otro tipo de alianzas de «gran coalición» u otras que signifiquen una «disminución de las políticas de izquierda» desde el Gobierno.
Esta corriente interna del PSOE también incluye enmiendas en materia de política internacional, como la necesidad de hacer una lectura del actual «mundo cambiante» que es «nítidamente multilateral». Plantean que España y la UE decidan sus estrategias teniendo en cuenta que EEUU –tanto Trump como Biden, asegura Vicent Garcés– están adoptando posiciones de potencia y dejando atrás compromisos adquiridos con Europa.
HACER UNA RELECTURA DEL PAPEL DE LA OTAN
En este contexto, proponen hacer una «relectura» del papel de la OTAN en este «mundo cambiante y multilateral». El portavoz recuerda que la OTAN nació como fruto de la Guerra Fría, pero en 1991 la URSS y el Pacto de Varsovia «desaparecieron». Sin embargo, señala, «la OTAN no ha cambiado aunque el mundo ha cambiado».
También plantean que la posición del PSOE sea más decidida en conflictos como el de Israel y Palestina, vinculándose más a lo que fue el proceso de Barcelona de 1995 y menos al «sometimiento de las políticas regresivas de Israel».
En el caso del Sáhara Occidental, que definen como un «proceso de descolonización inacabado», apuestan por apoyar la posición de Naciones Unidas de que se celebre un referéndum de autoderminación.
Y para América Latina, proponen que España sea más activa en las relaciones políticas y culturales; que no apoye los bloqueos económicos y financieros sobre Cuba y Venezuela; apoyar el diálogo abierto por el Gobierno de Venezuela con la oposición en Méjico; reconocer los procesos democráticos que han conducido a los cambios en Bolivia «tras un golpe de Estado» o hacer una «buena lectura» de la Asamblea constituyente en Chile que «va a finiquitar una Constitución de origen pinochetista».