Israel autoriza las obras para una estación de tren en la Ciudad Vieja de Jerusalén
Las autoridades de Israel han dado su autorización a las obras para construir una estación de tren en la Ciudad Vieja de Jerusalén, cerca del Muro de las Lamentaciones, una medida descrita como «histórica» desde el Gobierno israelí.
La oficina del ministro de Transportes, Bezalel Smotrich, ha indicado que el plan, que fue lanzado por su predecesor, Israel Katz, ha recibido autorización del Consejo Nacional de Planificación y Construcción.
Así, ha indicado que la ruta presentada por Katz ha sido modificada, sin dar detalles sobre la nueva vía, que busca extender la línea de tren de alta velocidad que conecta Jerusalén y Tel Aviv.
El plan contempla la construcción de dos estaciones y excava un túnel de tres kilómetros en la Ciudad Vieja, situada en Jerusalén Este y por lo tanto reclamada por los palestinos como capital de su futuro Estado.
Smotrich ha destacado que la aprobación del organismo es «histórica» y ha agregado que la nueva línea «es una gran noticia para los residentes israelíes y los millones de turistas que viajan a Jerusalén».
«Estamos teniendo éxito a la hora de promover la agenda sionista y judía», ha subrayado el ministro de Transportes, tal y como ha recogido el diario The Times of Israel .
En respuesta, el Gobierno de Jordania ha descrito la decisión como «una flagrante violación del Derecho Internacional», según la cadena de televisión británica BBC. Amán tiene la responsabilidad de supervisar los lugares santos musulmanes en Jerusalén.
El portavoz del Ministerio de Exteriores jordano, Daifalá al Fayez, ha reclamado a la comunidad internacional que «asuma sus responsabilidades y haga frente a los pasos ilegítimos e ilegales por parte de Israel».
El anuncio ha llegado menos de un mes después de que Estados Unidos presentara el conocido como el acuerdo del siglo , su plan de paz para el conflicto palestino-israelí, que considera a Jerusalén como capital «indivisible» de Israel.
El plan da además a Israel el control de las colonias judías y del valle del Jordán, mientras que Palestina tendría su capital en una zona de Jerusalén Este ubicada fuera de la barrera de seguridad instalada por Israel. Además, rechaza el derecho al retorno de los refugiados palestinos.
En respuesta a la presentación del mismo, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, describió la propuesta como «la bofetada del siglo» y recalcó que está destinada a acabar «en el basurero de la Historia».
Por su parte, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, destacó que la propuesta «es el mejor acuerdo» que podrán lograr los palestinos, a los que han pedido que acepten el acuerdo del siglo .