Irene Montero llama a impulsar el frente amplio de Díaz y reivindica el papel de los partidos pese a sus imperfecciones
Proclama su «orgullo» de militar en Podemos y dice que la meta es consolidarse como fuerza de gobierno ante los reaccionarios
MÁLAGA, 11
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha llamado a impulsar el frente amplio que promueve la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de cara al próximo ciclo electoral y garantizar a Unidas Podemos como fuerza «permanente» de gobierno. A la vez, ha reivindicado el papel que deben jugar los partidos políticos en los espacios del cambio, pese a lo «imperfectas que sean sus estructuras».
En esta línea, ha proclamado el «orgullo» que supone militar en Podemos y formar parte del espacio confederal, que es la mejor garantía para que no vuelvan al país las «viejas» prácticas del bipartidismo.
Así lo ha trasladado durante su intervención en la apertura del encuentro municipalista organizado por Podemos en Málaga y que congrega a ediles de la formación, a los que ha llamado a reflexionar y trabajar en favor de un nuevo frente amplio progresista para «crecer, avanzar y ganar» las próximas elecciones locales, autonómicas y también las generales.
Durante su discurso ante sus compañeros en los Ayuntamientos, a quienes ha reconocido la relevancia de su trabajo, la ministra de Igualdad ha reivindicado la importancia de la militancia política y la organización colectiva, pese a que en ocasiones implica «conflicto» y «cansancio» en el plano personal.
Sobre todo cuando Podemos es una organización que permite hacer equipo, fruto del trabajo colectivo, y que sabe «defender a los compañeros», sobre todo ante los ataques de los «reaccionarios» y «las cloacas del Estado».
ORGULLO DE MILITAR EN PODEMOS
«Orgullosas militantes de Podemos y Unidas Podemos. Porque las cosas importantes y los derechos nunca se conquistas en soledad. Siempre se conquistan con organización colectiva, con los movimientos sociales, con la sociedad civil y también, por imperfectas que sean las estructuras partidarias, con los partidos políticos y espacios de cambio, que son los que permiten construir en colectivo, las mejores ideas y las mejores reflexiones», ha defendido Montero.
Y es que ha argumentado que precisamente la fuerza de un partido es saber que están detrás miles de compañeros y que siempre hay una «mano amiga» para, de forma colectiva, construir «un futuro que será presente» con «mucho feminismo, ecolgismo y mucha capacidad de transformar el país» y de «regeneración democrática».
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo señaló en una reciente entrevista radiofónica su transversalidad y dijo que el proyecto aglutinador que fomenta «no va de formaciones políticas» y que, aunque puede haber gente que pueda ver su postura como «my naif», el protagonismo debe recaer sobre la sociedad, sobre todo cuando se percibe a los partidos ahora como un «obstáculo».
COMBATIR LA ESTRATEGIA REACCIONARIA
Por otro lado, Montero ha destacado que el Gobierno de coalición con el PSOE ha sido «el mejor posible» para afrontar la pandemia pero también es conscientes de que es «insuficiente» para completar su programa de refuerzo de lo público y erradicación de las desigualdades.
La ministra de Igualdad ha advertido de que Unidas Podemos, como impulsor de las principales transformaciones del país, sufre también la «estrategia reaccionaria» y de unos poderes que «no se presentan a las elecciones», pero quieren «monopolizar» la acción institucional del país.
«La estrategia reaccionaria tiene hoy uno de sus pilares fundamentales en la destrucción personal de quien se significa como agente de cambio, como persona progresista (…) Y el objetivo fundamental de esa estrategia es que el paso de Unidas Podemos por los gobiernos sea una cuestión anecdótica, que no nos convirtamos en fuerza permanente de gobierno», ha ahondado.
En consecuencia, Montero ha exhortado a encarar el próximo ciclo electoral para «consolidar» el espacio del cambio y demostrar que «han llegado para quedarse porque saben gobernar mejor que lo demostrado por el bipartidismo las últimas décadas».