Investigadores identifican cómo las células tumorales de cáncer de mama migran a otros órganos y permanecen latentes
Los avances tecnológicos y en biología molecular han permitido avanzar en el conocimiento del comportamiento de pequeñas poblaciones de células tumorales que tienen una elevada capacidad migratoria desde el tumor primario hacia otros órganos y a través de una serie de mecanismos se mantienen en estado de latencia durante años, sin proliferar, según se ha puesto de manifiesto en la presentación de la 16ª Revisión Anual GEICAM de Avances en Cáncer de Mama (RAGMA23), que celebra el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama el 15 y 16 de junio en Madrid.
«Al observar estas células cancerosas que se diseminan por microscopía a través de técnicas de imagen de alta resolución a tiempo real, vemos cómo es su movimiento y cómo logran introducirse en los vasos sanguíneos de manera más eficiente, con la doble ventaja de ser capaces de viajar a otros órganos como el pulmón y quedarse en ellos durmientes hasta que, pasado un tiempo, despiertan y pueden provocar metástasis», ha explicado el profesor asociado de Hematología y Oncología Médica del Tisch Cancer Institute del Hospital Mount Sinaí, en Nueva York (EEUU), José Javier Bravo-Cordero, que participa en el encuentro científico.
Mediante estudios con ratones y peces cebra, el equipo de investigadores de este centro ha identificado células en los tumores de mama triple negativos, los más agresivos y con menos opciones terapéuticas, que permanecen en estado de latencia a través de la secreción del factor de crecimiento transformante, una proteína que regula este estado durmiente.
Las investigaciones sobre el comportamiento de las células tumorales han revelado asimismo que es característica común entre diferentes tipos de cáncer, como el de mama, que las células abandonen el tumor primario de manera muy temprana y activen el proceso que las permite sobrevivir en otro órgano de forma latente.
«Son células capaces de esperar en otros órganos sin ser detectadas por medios diagnósticos rutinarios como la resonancia magnética, sobrevivir a terapias antitumorales y restablecer el crecimiento unos años después», ha afirmado Bravo-Cordero.
El experto ha enfatizado la necesidad de entender este tipo de mecanismos celulares con el fin de poder diseñar terapias que consigan extender el periodo de latencia de manera indefinida, o bien dar con fármacos específicos que ataquen estas células.
En este sentido, ha destacado un estudio realizado en su laboratorio que revela que el colágeno tipo III secretado por las células cancerosas diseminadas en el entorno que las rodea, favorece su entrada en el periodo de latencia, que puede inducirse a través de la manipulación externa con este tipo de colágeno.
En otro aspecto, durante la presentación, el cofundador y director del Latin American Cooperative Oncology Group (LACOG), Carlos Barrios, vaticina un futuro «brillante» para el tratamiento del cáncer de mama, cimentado en los avances tecnológicos, que contribuyen a mejorar la capacidad de diagnosticar y clasificar a los pacientes de forma más precisa.
«Cada vez más, estamos reconociendo que, contra la complejidad, necesitamos más de una estrategia de tratamiento», ha subrayado el especialista, que también ha resaltado la utilización de los mecanismos fisiológicos del propio organismo contra el cáncer.
En este sentido, el coordinador de RAGMA23 y director de Investigación del Centro de Patología de la Mama-Fundación Tejerina de Madrid, José Enrique Alés, entre las claves actuales de la investigación de esta enfermedad, destacan los anticuerpos conjugados (ADC, del inglés antibody drug conjugate), que logran que el tratamiento con quimioterapia sea más preciso gracias a estar compuestos, además de por un anticuerpo monoclonal y el fármaco citotóxico, por un conector químico que los une para transportar el agente citotóxico a la célula diana para destruirla.
Por ultimo, Paula González, miembro de la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), ha expresado que «este encuentro de GEICAM, en el que se ponen sobre la mesa algunas de las investigaciones más prometedoras en cáncer de mama, es un foro clave en el que, como pacientes, nos vemos en la necesidad de reivindicar inversiones en investigación y apoyar el trabajo de los grupos cooperativos y las sociedades científicas».
González también ha señalado la importancia de seguir trabajando en la metástasis en el cáncer de mama. «Las mujeres que un día reciben el diagnóstico de cáncer de mama saben que la metástasis es una patología que estadísticamente afecta a un 30 por ciento de las diagnosticadas, que se une al 5-6 por ciento de pacientes que ya presentan metástasis en el momento del diagnóstico», ha indicado la representante de FECMA.
Por ello, considera que «deben concentrarse los esfuerzos; hoy hay aún un alto porcentaje de pacientes con metástasis de muy compleja y difícil solución, por lo que tenemos que seguir impulsando la actividad investigadora porque es la única vía para avanzar en la mejora de la supervivencia y de la calidad de vida en cáncer de mama».