Investigadores españoles identifican un marcador pronóstico del riesgo de muerte tras un trasplante cardíaco urgente

Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) han identificado que el lactato sérico es un predictor independiente del riesgo de muerte tras un trasplante cardíaco urgente.

El estudio, publicado en la Revista Española de Cardiología y en el que han participado 16 hospitales españoles, correlacionó los niveles preoperatorios de lactato sérico con la supervivencia durante el primer año tras el trasplante cardíaco urgente en 177 receptores tratados con dispositivos de soporte circulatorio mecánico de corta duración como puente a dicha intervención entre 2010 y 2015.

Los científicos encontraron que los pacientes con hiperlactatemia preoperatoria, mayor de 2 milimoles por litro, presentaron una supervivencia a un año del 53,1 por ciento, en comparación con el 75,6 por ciento observado en pacientes sin hiperlactatemia preoperatoria.

«La hiperlactatemia es una alteración metabólica frecuente en pacientes con shock cardiogénico, entre cuyas causas se encuentran la hipoperfusión tisular y la hiperactivación adrenérgica propia de estos casos», ha explicado el primer firmante del artículo, el cardiólogo David Couto Mallón.

Tras el implante de un dispositivo de soporte circulatorio mecánico «lo esperable es que los niveles de lactato sérico se reduzcan rápidamente, como consecuencia de la mejoría de la perfusión y la corrección de las anomalías metabólicas a nivel tisular», ha agregado Couto.

No obstante, los niveles de lactato pueden persistir elevados como consecuencia «de un soporte hemodinámico insuficiente o de otras complicaciones asociadas como las infecciones», ha explicado el cardiólogo.

También es posible observar un incremento progresivo de los niveles séricos de lactato en pacientes en los que se inicia el soporte circulatorio mecánico «demasiado tarde», cuando ya han evolucionado a una situación de fracaso multiorgánico establecido que, probablemente, «ya no va a poder ser revertido ni siquiera tras el trasplante cardíaco», ha finalizado.

A juicio del firmante sénior del artículo, el también cardiólogo Eduardo Barge Caballero, los resultados son «trascendentales» en la práctica clínica porque «nos ayudan a orientar la toma de decisiones en un escenario tan complejo como el de la priorización de candidatos para trasplante cardíaco urgente».

La persistencia de hiperlactatemia en un paciente bajo soporte circulatorio mecánico «es un signo de alarma que debe alertar al equipo médico sobre un alto riesgo de muerte del paciente tras el trasplante», ha agregado el doctor Barge.

En estos casos, ha explicado el experto «convendría realizar una reevaluación del estado clínico del candidato y de la eficacia del soporte circulatorio empleado, así como descartar posibles complicaciones asociadas».

Si pese a todo ello la hiperlactatemia no se corrige, «quizá habría que replantear la idoneidad de mantener al paciente en la lista de espera para trasplante urgente en esas condiciones».

En este contexto, el doctor Barge ha recordado que «en los últimos años, prácticamente la mitad de los donantes cardiacos disponibles en España se destinan a candidatos con prioridad urgente», y que, al tratarse de intervenciones de mayor riesgo, es «fundamental» optimizar el proceso de selección de receptores.

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