Investigadores españoles demuestran la eficacia del hibisco en infecciones intestinales por E. coli enteropatógena
Un estudio liderado por investigadoras de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha demostrado en el laboratorio la eficacia del hibisco frente a las infecciones intestinales producidas por la bacteria Escherichia coli enteropatógena (EPEC), lo que podría ser una alternativa a los antibióticos tradicionales.
Alrededor de 2 millones de niños menores de cinco años mueren anualmente como consecuencia de diarreas producidas esta bacteria, especialmente en países en vías de desarrollo. El patógeno es el responsable de gran parte de las enfermedades diarreicas en todo el mundo. Los investigadores aseguran que este hallazgo es de «gran importancia», ya que la «gran plasticidad genética de estos microorganismos y el uso indiscriminado de antibióticos han aumentado la resistencia de algunas cepas a estos medicamentos».
«Hemos estudiado en el laboratorio el efecto de tratar cultivos de la cepa enteropatógena de E. coli con un extracto natural de la planta de hibisco y observamos que es capaz de inhibir el crecimiento de esta bacteria y de disminuir la formación de pedestales», explica Narcisa Martínez-Quiles, investigadora del Departamento de Inmunología, Oftalmología-ORL de la UCM y codirectora del estudio.
Esos pedestales son las estructuras que la bacteria usa para adherirse a las células del hospedador que infecta. «La acción del hibisco sobre estas estructuras dificultaría la adhesión de las bacterias al intestino y por tanto produciría diarreas más leves», añade Carmina Rodríguez-Fernández, investigadora del Departamento de Microbiología y Parasitología de la UCM y codirectora del estudio.
El trabajo, publicado en la revista Plos One , además obtuvo un resultado inesperado. «También observamos que el hibisco podría estar interfiriendo con la síntesis de la pared bacteriana entre otros mecanismos, un efecto similar al que producen ciertos antibióticos como la ceftazidima», detalla Martínez Quiles.
Aunque los investigadores creen que este tipo de tratamiento podría comercializarse a través de una empresa especializada «en un breve periodo de tiempo», puntualizan que «a día de hoy aún no puede sustituir a los antibióticos». Para ello, harían falta más estudios tanto en ratones como en humanos. «Es factible, pero requiere financiación», apostillan.
Por el momento, sí defienden que se podría considerar al hibisco como un paliativo, es decir, como ayuda a los tratamientos antibióticos, especialmente en niños portadores crónicos de esta bacteria y que sufren diarreas frecuentes. Tradicionalmente, se le han atribuido al hibisco propiedades antiparasitarias y la tisana es muy popular en países como México, Egipto y en países tropicales y subtropicales de donde es originaria.