Investigadores cultivarán organoides humanos en la Estación Espacial Internacional para eludir la gravedad de la Tierra
La Universidad de Zúrich (Suiza) y Airbus han informado de que cultivarán tejido humano en miniatura, denominado organoides y desarrollados a partir de células madre humanas adultas, en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).
«En la Tierra, los organoides tridimensionales son imposibles de producir sin estructuras de soporte y matriz debido a la gravedad de la Tierra», han explicado los responsables de la iniciativa. Y es que, estos organoides 3D están atrayendo un gran interés por parte de la industria farmacéutica: permitirían realizar estudios toxicológicos directamente en tejidos humanos sin desviarlos a través de modelos animales.
Además, los organoides cultivados a partir de células madre de pacientes también podrían usarse como componentes básicos para el reemplazo de tejidos para tratar órganos dañados. El número de órganos donados en la actualidad está muy por debajo de la demanda mundial de miles de órganos de donantes.
La misión ISS de marzo de 2020, en la que 250 tubos de ensayo pasaron un mes en la ISS, fue un gran éxito. Durante su estadía de un mes en condiciones de microgravedad a 400 kilómetros sobre el suelo, las células madre adultas se desarrollaron en estructuras similares a órganos diferenciados como el hígado, los huesos y el cartílago. Por el contrario, las muestras de control cultivadas en la Tierra en condiciones normales de gravedad mostraron una diferenciación celular mínima o nula.
En la misión actual, se enviarán a la órbita células madre de tejido de dos mujeres y dos hombres de diferentes edades. Al hacerlo, los investigadores están probando qué tan robusto es su método cuando se utilizan células de diferente variabilidad biológica. Esperan que la producción en microgravedad sea más fácil y confiable que el uso de materiales auxiliares en la Tierra.
Actualmente, la atención se centra en cuestiones de producción y control de calidad. «En vista de la futura comercialización, ahora necesitamos averiguar cuánto tiempo y en qué calidad podemos mantener los organoides en cultivo después de su regreso a la Tierra», han aseverado los expertos. Si tiene éxito, la tecnología puede desarrollarse y llevarse a la madurez operativa.