Investigadores apuntan al cultivo de ovocitos inmaduros como una esperanza para pacientes con baja reserva ovárica
El cultivo de los ovocitos inmaduros históricamente descartados en los tratamientos reproductivos podría ser una opción para los pacientes con baja reserva ovárica, según apunta un nuevo estudio de IVI presentado en el XII Congreso de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR).
«Mediante estimulación de los ovarios conseguimos una media de 10-12 ovocitos para poder realizar un ciclo de fecundación in vitro (FIV). En algunas pacientes, los ovarios no responden de la forma esperada a la estimulación y se recuperan menos del 70 por ciento de los óvulos maduros, útiles para ser fecundados; siendo el resto inmaduros. Estos óvulos inmaduros, desafortunadamente terminan siendo descartados en laboratorio», explica la embrióloga de IVI Valencia y autora principal del estudio, la doctora Mª José Escribá.
En este contexto, la experta explica que han diseñado «un protocolo para seleccionar los ovocitos inmaduros con potencial biológico, generando de ellos óvulos maduros y embriones viables, con los medios disponibles en los laboratorios de FIV».
La técnica para conseguirlo, conocida como rescate de vesículas germinales (ovocitos bloqueados en estadio de Profase I), consiste en cultivar estos óvulos inmaduros en un incubador que incorpora la tecnología time-lapse durante un día extra, lo cual permite ajustar el momento de la fecundación del ovocito con el espermatozoide en función de su maduración, sin modificar las condiciones de temperatura y pH del medio que contiene el ovocito. Este «rescate» ya ha beneficiado a un 20 por ciento de pacientes de IVI incluidas en el estudio.
En esta línea, otro trabajo presentado como comunicación oral en el congreso de ASEBIR y liderado por investigadores de IVI Barcelona compara la tasa de fecundación, división embrionaria y tasa de normalidad cromosómica entre embriones derivados de ovocitos maduros y rescatados in vitro .
«Hemos podido comprobar que resultan similares entre ambos tipos de embriones. Esto nos permite concluir que si recuperamos un bajo número de ovocitos maduros podemos rescatar los inmaduros en laboratorio y generar embriones extra que pueden ayudar a que nuestras pacientes consigan antes su embarazo», comenta la embrióloga de IVI Barcelona y supervisora del estudio, la doctora Marga Esbert.
Gracias a este proyecto, ya son 20 las pacientes que han obtenido un embrión extra en su cohorte proveniente de ovocitos rescatados in vitro , en seis de ellas el único embrión útil disponible procedía de ovocitos rescatados.
Además, hay pacientes sensibles a las gonadotropinas o que desean preservar su fertilidad por motivos oncológicos a las que se les puede proponer realizar una mínima estimulación ovárica, recuperación de ovocitos inmaduros y llevar a cabo Maduración in Vitro (MIV) en el laboratorio.
«La práctica médica de MIV ha entrado en desuso gracias a los avances farmacológicos. Sin embargo, existe una nueva variante de la MIV en la que se capacita el ovocito antes de su maduración, incubando los ovocitos inmaduros durante 24 horas en un medio capacitante. Esta técnica está siendo actualmente una fuente de investigación en IVI dados los prometedores resultados preliminares que se están publicando», concluye la doctora Esbert.
PARÁMETROS DE IA MEJORAN LA SELECCIÓN EMBRIONARIA
La selección embrionaria es una parte del proceso reproductivo fundamental para el éxito final de los tratamientos y esta ha experimentado un cambio de paradigma con la llegada de la inteligencia artificial (IA). Utilizando la visión computacional, el equipo del doctor Meseguer, supervisor científico y embriólogo de IVI Valencia, ha diseñado un algoritmo que permite diagnosticar embriones que se asocian con una alta probabilidad de aneuploidía en las primeras 48 horas de desarrollo.
Este estudio basado en IA muestra que mediante tres parámetros como son la escala de grises, el perímetro y el área, existe la posibilidad de detectar aproximadamente el 25 por ciento de embriones aneuploides sin necesidad de biopsiarlos.
«El primero de los parámetros, la escala de grises, analiza los fotogramas de los embriones durante sus primeras horas de evolución, viendo que aquellos que cambian mucho de aspecto suelen resultar aneuploides. Por su parte, cuantificar el perímetro del embrión también nos ayuda a discernir cómo los embriones de este tipo presentan una mayor variabilidad entre fotogramas. Y, por último, midiendo el área que ocupa el embrión sabemos que aquellos que ocupan un menor espacio es altamente probable que resulten de tipo aneuploide», explica el doctor Meseguer.