Instituto BBVA de Pensiones reclama al Pacto de Toledo pilares robustos de previsión social y complementaria
Considera que la Covid-19 ha puesto «en jaque» al sistema de pensiones y es necesario actuar «ya»
El Instituto BBVA de Pensiones, a través de dos miembros de su Foro de Expertos, José Antonio Herce y Elisa Chuliá, advierte en un informe de que para tener pensiones «sostenibles, suficientes y equitativas» se necesitan unos «pilares robustos» de previsión social pública y complementaria.
En el informe, que lleva por título ¿Qué más puede hacer el Pacto de Toledo? , Herce y Chuliá destacan que, si antes de la pandemia ya se necesitaba un gran reforma del sistema de pensiones, ahora todavía más, pues hay que actuar «ya» para estabilizar el sistema a corto y medio plazo.
«La Covid-19 ha puesto en jaque al sistema de la Seguridad Social y no por lo que muchos creen al ver las fuertes caídas en la esperanza de vida de la población, sino por el desfondamiento del empleo, la dura recuperación de la economía que nos espera y la perspectiva de millones de carreras contributivas interrumpidas y/o precarizadas durante un periodo de tiempo incierto», afirman.
Pero, en paralelo, los expertos de este Foro piden al Pacto de Toledo que se sume «a aquellos que han entendido que sin unos pilares robustos de previsión social pública y complementaria» no se puede aspirar a pensiones «sostenibles, suficientes y equitativas».
Entre los elementos de este «sistema mixto», defienden Herce y Chuliá, habría que considerar, dentro del pilar de la Seguridad Social y manteniendo su sistema de reparto, las cuentas personales nocionales y la adscripción cuasi-obligatoria de los trabajadores asalariados y autónomos a un sistema de contribución definida de capitalización de planes de pensiones de empleo conveniales.
Asimismo, entienden que el Pacto de Toledo «podría prestar dos inestimables servicios más»: por un lado, impulsar y supervisar una amplia campaña institucional de información sobre los retos que afronta la previsión social en España, tanto pública como privada, y por otro, favorecer que el proceso de reforma facilite una «interacción ágil y eficaz» entre comisiones técnicas y grupos de trabajo, «haciendo un seguimiento leal, aunque no acrítico, de los progresos que se vayan consiguiendo».
EL PACTO DE TOLEDO DEBE IMPULSAR UN DEBATE PÚBLICO SOBRE LA REFORMA
En opinión de ambos expertos, el Pacto de Toledo debe y puede constituir «la columna vertebral» de la reforma de las pensiones que necesita España para evitar que el gasto en pensiones aumente hasta niveles que pongan el riesgo el crecimiento económico, el bienestar de los propios pensionistas, la cohesión generacional y la atención a otras necesidades sociales.
«Por tanto, primeramente, es preciso que si no todos, al menos los partidos con más representación parlamentaria, se pongan de acuerdo en la necesidad de sacar adelante una reforma que afronte eficazmente el problema de sostenibilidad financiera del sistema de pensiones y se comprometan a mantener ese acuerdo», apuntan.
Ambos expertos defienden que la Comisión del Pacto de Toledo debería ser el espacio de ese acuerdo y de compromiso entre partidos, pero alertan de que «difícilmente podrá serlo» mientras cualquier grupo parlamentario tenga poder de veto y sólo se avalen las decisiones unánimes. «El Pacto de Toledo debería revisar las reglas en virtud de las cuales aprueba sus recomendaciones», opinan al respecto.
No obstante, afirman que el Pacto de Toledo no puede limitarse a generar ese consenso, pues una vez alcanzado, junto al aval de los agentes sociales, se necesitaría, a su juicio, impulsar un debate público para explicar a la sociedad la situación actual del sistema de pensiones, las razones de la reforma y sus objetivos.
«Es en este punto donde el Pacto de Toledo podría desempeñar una labor fundamental a través del impulso y la supervisión de una campaña institucional de información sobre la reforma de las pensiones», subrayan.