Imaz (Repsol) llama a Europa a «un giro radical» en política energética y cambiar «ideología por tecnología»
El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha llamado a Europa a actuar con «urgencia» y adoptar «un giro radical» en la política energética, cambiando «ideología por tecnología».
En su participación en la jornada La transformación industrial hacia el Net Zero , organizada por Fundación Repsol, Imaz lamentó que Europa se ha focalizado en la descarbonización «exclusivamente», olvidándose de la seguridad de suministro, de la competitividad y del precio.
Por ello, pidió medir la huella de CO2 de cada producto que llega a Europa, «sea un coche, una pieza de acero o una tonelada de papel», en su conjunto, desde «el origen hasta el final», y que se graven «por la huella de CO2 que cada uno de ellos tiene, independientemente de dónde se han producido».
«Con esto estaríamos evitando la falta de competitividad de la industria europea por estar penalizada, estaríamos bajando las emisiones de CO2, y, además, tendríamos la ventaja competitiva de que en Europa tenemos tecnología, tenemos talento y tenemos capacidad para hacer frente a una transición industrial que conlleve una fuerte descarbonización y llegar a ese objetivo del net zero para 2050 si se nos deja competir», afirmó.
Imaz insistió en que en Europa se ha dirigido la política energética «desde la ideología» y abogó por ese cambio, en línea con las propuestas de los informes Draghi y Letta, para abordar la transición desde la tecnología.
«Hay que cambiar ideología por tecnología a la hora de abordar este reto. Un giro radical y apuesta tecnológica. Esta es la salida», subrayó, añadiendo que se trata de «la única receta» para conseguir el trilema de autonomía estratégica y seguridad de suministro, competitividad y bajar las emisiones de CO2.
ABANDONADO EL PRINCIPIO DE NEUTRALIDAD TECNOLÓGICA.
Para ello, también criticó que se haya «abandonado» el principio de neutralidad tecnológica y que con «una tranquilidad pasmosa» se haya aventurado a decidir «cuál va a ser la cesta energética europea en el año 2050».
«¿Se imaginan que hace 25 años nos hubiesen preguntado a los que estamos aquí, a todos los sabios del lugar, a tecnólogos, a científicos, oiga, ¿cuál va a ser la cesta energética en Europa en el año 2024? No hubiésemos dado ninguna, porque la ciencia evoluciona, la tecnología evoluciona. Y, por tanto, tenemos que apostar por la neutralidad tecnológica, porque no sabemos qué tecnologías van a ser las ganadoras», dijo al respecto.
Así, advirtió de la necesidad de apostar por la industria europea «en todos los sectores», ya que es el único camino para alcanzar la autonomía estratégica y la seguridad de suministro.
«Habrá empleo industrial, la gente tendrá buenos salarios y tendremos una sociedad no de salarios de 1.500 euros, sino de salarios de 3.000, 3.500 y 4.000 euros. Tenemos una sociedad que pueda ser capaz de tener un modelo de competitividad que pueda dar mayores dosis de bienestar al conjunto de la sociedad», aseguró.
