Iglesias lamenta que por exhumar a Franco en campaña se haya tenido que ver a Tejero saltándose un cordón policial
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha lamentado que el Gobierno haya decidido exhumar los restos del dictador Francisco Franco en plena campaña electoral y que se haya convertido en un «espectáculo» donde se ha tenido que ver al golpista Antonio Tejero «saltarse el cordón policial» o se haya tenido que escuchar Viva Franco, viva España cuando han metido el féretro en el coche fúnebre.
«Es evidente que este momento no era cuando tocaba», ha explicado Iglesias en declaraciones a LaSexta, recogidas por Europa Press. No obstante, ha apuntado que comparte el sentimiento de muchos ciudadanos y ha recordado «la humillación» que tuvieron que sufrir su abuela en la dictadura tras la muerte de su hermano, o que su propio padre y su abuelo pasaron por la cárcel por luchar contra el franquismo.
Pero a pesar de esto, Iglesias incide en que «tener que ver a Tejero saltarse el cordón policial» o tener que escuchar en campaña Viva Franco, viva España cuando meten el féretro en el coche fúnebre, «pues igual no era el momento».
En este sentido, el líder morado ha recordado que el Ejecutivo socialista dijo que el traslado de los restos de Franco se harían de manera discreta, por lo que ha lamentado que esté siendo un «espectáculo» en el que se ve a «decenas de fascistas haciendo algo que empaña lo que debería ser un día discreto de triunfo de la democracia».
No obstante, Iglesias ha comentado que «lo hecho, hecho está», y que ahora toca abordar lo que queda por hacer en materia de memoria histórica. En este sentido, indica que debe haber un reconocimiento y una tutela judicial efectiva para las víctimas del franquismo, o que franquistas como Billy el Niño sean despojados de sus medallas.
A esto añade que se permita la extradición del exministro Rodolfo Martín Villa a Argentina para que sea juzgado por crímenes contra la humanidad, y advierte de que si bien «la momia deja el Valle», los restos de Franco «no están en ese ataúd», sino «en los poderes oligárquicos del país, en los millonarios que se hicieron ricos gracias a la dictadura y que mantienen intacto su poder político, y también en algunos aparatos del Estado».