IEE avisa de que el PIB crecerá este año por debajo del 5% y ve las previsiones del Gobierno «optimistas»
Cree que los PGE de 2022 son una «oportunidad perdida» de retomar la senda de consolidación fiscal y avisa del alza del gasto estructural
El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha advertido de que el escenario central de crecimiento para el conjunto de 2021 se situará ahora por debajo del 5%, y no del 5,5% que se barajaba hasta este momento, y considera que las estimaciones del Gobierno son «demasiado optimistas».
«El cuadro macroeconómico del Gobierno, que prevé un crecimiento del PIB del 6,5% para el presente año y del 7% para 2022, es, a todas luces, demasiado optimista», ha señalado el Instituto en su informe de opinión sobre los Presupuestos Generales del Estado de 2022.
Así, tras el avance de la Contabilidad Nacional del tercer trimestre para el 2021, para poder cumplir la previsión del Gobierno haría falta registrar una tasa intertrimestral superior al 9% en este último trimestre, lo cual es altamente improbable. En todo caso, para llegar a un crecimiento del conjunto del año del orden del 5% la tasa intertrimestral del último trimestre del año tendría que acercarse al 4%.
El IEE opina que en un escenario rodeado de incertidumbres y riesgos, cualquier ejercicio de previsión de ingresos y gastos para el próximo año debería caracterizarse por la prudencia. «De no ser así, cualquier turbulencia con la que se encuentre la recuperación económica, como de hecho ya estamos viendo, con un crecimiento menor al esperado, puede comprometer las cifras previstas», ha avisado.
De hecho, ha alertado de que, de no cumplirse la previsión de crecimiento económico realizada por el Gobierno, las elasticidades estimadas habitualmente muestran que un crecimiento del PIB nominal inferior en un punto porcentual al previsto puede generar un incremento del déficit público de alrededor de cinco décimas de PIB.
FALTA DE UNA ESTRATEGIA FISCAL
El IEE considera que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022 son una «oportunidad perdida» tanto para retomar la senda de consolidación fiscal, como para promover un clima más favorable a la actividad y a la creación de empleo y cree que suponen una apuesta por políticas discrecionales de gasto excesivamente expansivas.
En opinión de la organización, un contexto como el actual apremia la elaboración de una estrategia de política fiscal a medio plazo y ve necesario llevar a cabo planes concretos, coherentes y realistas para mostrar una senda de reducción del déficit.
Esta estrategia debería ser concreta en los objetivos y en los plazos para poder reconducir una de las principales vulnerabilidades de la economía española, que puede provocar un daño a la credibilidad de nuestro país y ser un lastre para el crecimiento en el medio y largo plazo.
Ante esto, considera que la mejor manera de incrementar la recaudación tributaria es recuperar la actividad económica perdida, lo que no se producirá, o requerirá más tiempo, si se incrementa la presión fiscal a las empresas.
«En lugar de buscar aumentar la recaudación a corto plazo ahogando las bases imponibles, el sistema fiscal ha de ser eficiente y competitivo», ha señalado el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa.
De este modo, se favorece el incremento del PIB potencial, y se permite también el crecimiento de las bases imponibles, contribuyendo, por tanto, de manera mucho más eficaz a asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas.
EXPANSIVOS EN GASTOS Y SOBREESTIMACIÓN EN INGRESOS
Junto a la falta de estrategia fiscal en el medio plazo, el IEE ha criticado que el Gobierno ha aprovechado el contexto transitorio de relajación de reglas fiscales y la llegada de los fondos europeos para presentar un Presupuesto «muy expansivo» en gasto que alcanza máximos históricos.
Ha advertido así de que la discrecionalidad de estas políticas de gasto que se muestra en los PGE-2022, una vez que se descuenta la financiación excepcional de los fondos comunitarios, presenta claros elementos de aumento del gasto estructural, «lo que compromete en mayor medida la sostenibilidad de las finanzas públicas y, por tanto, envía una señal de mayor presión fiscal futura, con las distorsiones sobre la inversión y la actividad que ello supone».
El excesivo optimismo en las estimaciones de crecimiento lleva también a una sobreestimación de las previsiones de ingresos, que son difícilmente alcanzables y que condicionarán, por tanto, la evolución del gasto y del déficit.
En cuanto a las medidas concretas, el IEE señala que la implementación de un tipo mínimo del 15% de impuesto de sociedades sobre la base imponible no tendría un impacto muy relevante puesto que la mayoría de las empresas se encuentran abonando impuestos ampliamente por encima de ese tipo, si bien sí que tendrá un efecto negativo sobre un colectivo de unas 1.000 empresas que aplican deducciones en la cuota por inversiones en I+D+i, y que, como consecuencia de esta medida, no van a poder aplicarse íntegramente sus deducciones por este concepto.
«Es decir, se trata de una medida que penaliza a las empresas que realizan un mayor esfuerzo en investigación y desarrollo, lo que supone una contradicción con el aumento de partidas presupuestarias para innovación y desarrollo», ha alertado el Instituto.