Identifican una proteína que aumenta la formación de grasa marrón y beige buena
Investigadores del Hospital Universitario de Bonn (UKB) y del Área de Investigación Transdisciplinar Vida y Salud de la Universidad de Bonn en Alemania han identificado a la proteína EPAC1, que aumenta la formación de grasa marrón y beige buena, como nueva diana farmacológica para aumentar la masa y la actividad de la grasa parda.
El objetivo a largo plazo de los investigadores es encontrar medicamentos que ayuden a perder peso, tal y como han destacado en los resultados del estudio que se ha publicado en la revista Nature Cell Biology .
Las células de grasa parda convierten la energía en calor, una clave para eliminar los depósitos de grasa no deseados. Además, también protegen contra las enfermedades cardiovasculares.
La obesidad se define como un aumento patológico de la grasa blanca y se ha convertido en un grave problema en todo el mundo, con un riesgo mucho mayor de padecer enfermedades cardiovasculares como infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.
«El ejercicio y las dietas no bastan para perder kilos de forma eficaz y permanente», ha afirmado el director del Instituto de Farmacología y Toxicología del Hospital Universitario de Bonn, Alexander Pfeifer.
«Nuestros alimentos hipercalóricos hacen que la energía se almacene en grasa blanca. Pero perder peso no es tan fácil, ya que el cuerpo ahorra energía en respuesta a una dieta hipocalórica. Así que nuestro objetivo es lograr una liberación adicional de energía», ha añadido.
LOS ADULTOS APENAS TIENEN GRASA PARDA
Las células de grasa parda, por su parte, actúan como un horno biológico y garantizan, por ejemplo, que los recién nacidos puedan hacer frente a la exposición al frío tras el parto. Sin embargo, los adultos apenas tienen grasa parda, y ésta se encuentra sobre todo en personas jóvenes y delgadas.
«Por eso nos preguntamos cómo se puede aumentar la masa de grasa parda reduciendo al mismo tiempo la grasa blanca mala», ha explicado la investigadora postdoctoral de Bonn y primera autora del estudio, Laia Reverte-Salisa.
Junto con investigadores del Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf, el Helmholtz de Múnich y la Universidad de Toulouse-Paul Sabatier, el equipo de Bonn investigó la vía de señalización del AMPc en el metabolismo de la grasa, que desempeña un papel central en las células adiposas.
Utilizando un modelo de ratón, descubrieron que la proteína relativamente desconocida proteínas de intercambio activadas directamente por el AMPc (EPAC1), es responsable del crecimiento de la grasa parda. Además, la EPAC1 aumenta incluso la formación de células de grasa parda en la grasa blanca, que también se conoce como células beige.
El equipo del profesor Pfeifer también demostró que la vía de señalización está activa en las células grasas humanas. Además, confirmaron la función de EPAC1 en organoides humanos, microestructuras similares a órganos que sirven como modelo de grasa parda humana. Los investigadores de Bonn descubrieron además que una variante no funcional del gen EPAC1 humano está asociada a un mayor índice de masa corporal (IMC).
«Nuestro estudio demuestra que EPAC1 es una diana atractiva para aumentar la masa de grasa parda y, por tanto, también el gasto energético», ha afirmado Pfeifer.
En vista del aumento de la obesidad en todo el mundo, espera desarrollar terapias novedosas que ayuden a los afectados a combatir las enfermedades metabólicas. Este estudio se realizó en el contexto del Centro de Investigación Colaborativa Transregio-SFB 333 de la DFG Grasa parda y beige – Interacciones entre órganos, vías de señalización y equilibrio energético (BATenergy) , que persigue una mejor comprensión de los distintos tipos de tejido adiposo y su papel en las enfermedades metabólicas.