Los coinfectados por Covid-19 y citomegalovirus tienen mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares

CÓRDOBA, 30

Un trabajo de la Universidad de Córdoba (UCO) y el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic) ha evaluado el efecto que tiene la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 en pacientes que han cursado Covid-19 de forma leve o asintomática y que a su vez estaban contagiados por citomegalovirus y, según esta investigación, las personas coinfectadas con ambos patógenos presentan un envejecimiento prematuro del sistema inmunitario, lo que se relaciona con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares a edades más tempranas.

Sin embargo, según ha informado la UCO en una nota y tal y como ha explicado la investigadora principal del estudio, la doctora Alejandra Pera, esto no quiere decir que las personas que hayan sido contagiadas con estos dos virus vayan a desarrollar necesariamente problemas cardiovasculares.

No obstante, dada la prevalencia de ambos virus, sí supone una circunstancia más «que podría tenerse en cuenta en el historial clínico del paciente» y añadirse a la lista de otros factores de riesgo, como el consumo de alcohol y tabaco, la ingesta habitual de alimentos altos en grasas saturadas o el mantenimiento de un estilo de vida sedentario.

CÉLULAS T

El trabajo ha analizado el estado del sistema inmunitario en personas con y sin infección crónica por citomegalovirus a los tres y 12 meses de haber contraído infección leve o asintomática por SARS-CoV-2 (coronavirus responsable del Covid-19). Según los resultados, en los pacientes infectados por ambos virus se genera una expansión de células T con mayor funcionalidad.

Estas células T son linfocitos dotados de memoria fundamentales para la defensa de nuestro organismo, pero que cuando sus funciones se activan de forma excesiva generan inflamación y pueden llegar a dañar el endotelio vascular, una capa de células que recubre el interior de los vasos sanguíneos. De hecho, según ha añadido la investigadora, «el citomegalovirus, por sí solo, provoca que estas células aumenten», y «ahora hemos comprobado que el SARS-CoV-2 genera un efecto añadido».

Uno de los aspectos llamativos de la investigación es que este efecto ha podido documentarse en personas que cursaron la infección por este coronavirus de forma leve o asintomática. La comunidad científica está estudiando en mayor medida los efectos en pacientes con síntomas graves, «pero estamos viendo que la COVID-19 también tiene consecuencias a medio y largo plazo en personas que pasaron la enfermedad sin complicaciones y que debemos tener en cuenta», según ha subrayado la autora principal del estudio.

VACUNAS COMO PREVENCIÓN

El trabajo, cuyo primer autor es el investigador pre doctoral de la UCO Pablo Álvarez, muestra que tras el contagio por SARS-CoV-2 se produce un aumento de células asociadas a enfermedades cardiovasculares en pacientes que presentan previamente una infección por citomegalovirus. Sin embargo, en aquellos individuos que enfermaron de Covid tras haberse vacunado no se produce este fenómeno.

Aunque habría que realizar más estudios que tengan en cuenta el efecto de las distintas olas y variantes del coronavirus, según ha concluido la doctora Alejandra Pera, los resultados parecen indicar que las vacunas previenen y amortiguan esta expansión descontrolada de células T capaces de causar daño cardiovascular.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Las asociaciones de consumidores piden a las Juntas Electorales que flexibilicen sus criterios
PNV apuesta por reeditar «un acuerdo paraguas» con el PSE y aspira a mantener Guipúzcoa donde ganó Bildu

Bloqueador de anuncios detectado

Por favor, considere ayudarnos desactivando su bloqueador de anuncios