HRW pide que el expresidente gambiano Yahya Jamé rinda cuentas por su implicación en cientos de crímenes
Más de 300 testigos han declarado en su contra en una comisión de más de dos años que investiga sus violaciones contra los DDHH
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha demandado este lunes que los testimonios que implican al expresidente de Gambia Yahya Jamé (1996-2017) en cientos de casos de asesinato, tortura y persecución de opositores, deben ir acompañados por su respectiva rendición de cuentas, en vísperas de que finalice una investigación de las autoridades gambianas de más de dos años sobre estos y otros episodios.
«Testigos con conocimiento de primera mano han implicado a Yahya Jamé en asesinatos, torturas, violaciones y otros crímenes terribles», ha dicho uno de los abogados de HRW que trabaja para las víctimas, Reed Brody.
«Ahora le toca al Gobierno de Gambia asegurarse de que Jamé y sus cómplices rindan cuentas. Decir la verdad ha hecho una contribución vital, pero no es el final del camino», ha recalcado Brody en una grabación con motivo del final de la Comisión de la Verdad, Reconciliación y Reparación de Gambia (TRRC).
Desde enero de 2019, centenares de víctimas y antiguos funcionarios del gobierno de Jamé han declarado en las sesiones televisadas de esta comisión la participación activa del expresidente en asesinatos, torturas, violaciones sexuales, persecución de opositores y detenciones arbitrarias.
Además de agredir sexualmente a las mujeres que se hacia traer, Jamé, que vive en el exilio desde 2017 en Guinea Ecuatorial, dirigió personalmente un programa de tratamiento falso contra los enfermos de sida, obligándoles a dejar los fármacos y a ponerse bajo su cuidado, relata HRW.
Entre las víctimas de estos abusos está la ganadora en 2014 del concurso de belleza más prestigiosa del país, Fatou Toufah Jallow, quien afirmó ante la TRRC que fue violada por Jamé cuando tenía 19 años. Otra víctima declaró que tras ser contratada como «chica de protocolo» le otorgaron una beca de estudios que luego le retiraron, además de despedirla, cuando rechazó las propuestas sexuales.
«CAZA DE BRUJOS» Y RECOMPENSAS POR ASESINATO
La comisión ha escuchado durante más de dos años a unos 370 testigos aproximadamente, entre ellos antiguos miembros de su gobierno, incluyendo ministros y otros altos cargos, así como policías, personal de seguridad, jefes de Inteligencia y a las propias víctimas de algunos de estos abusos.
Entre quienes testificaron estaban algunos de los Junglers , hombres armados que conformaron el escuadrón de la muerte encargado de los trabajos más sucios ordenados por Jamé, quienes le acusaron del asesinato de la periodista Deyda Hydara en 2004, premiándoles con 1.250 dólares por el crimen, así como el de 59 migrantes africanos en 2005, entre otros.
Los más de 300 testigos que han declarado TRRC han señalado a Jamé de estar detrás de los asesinatos de una quincena de estudiantes en abril de 2000, de más de 40 personas consideradas «brujos», a quienes se les forzaba a beber brebajes alucinógenos, asesinatos extrajudiciales, torturas y detenciones arbitrarias, entre ellas las de más de 140 periodistas y profesionales de la comunicación.
Hasta el momento, tres cómplices de las barrabasadas de Jamé ya han sido detenidos y deberán enfrentarse a la justicia internacional por sus crímenes, entre ellos dos antiguos miembros de los Junglers , como Michael Sang Correa, en Estados Unidos y Bai L, en Alemania, así como el exministro de Interior Ousman Sonko, en Suiza.
HRW ha explicado que la tarea de la TRRC no es solo consiste en identificar y recomendar el enjuiciamiento de las personas con mayor responsabilidad en estos hechos, sino también exponer posibles reparaciones y políticas de reconciliación y reformas institucionales. Se espera que a principios de julio se entregue al actual Gobierno de Gambia un informe definitivo de esta causa y cómo proceder.
Entre las propuestas, está la posibilidad de conformar un tribunal «híbrido» con personal gambiano e internacional que opere dentro del sistema judicial del país africano.