Heridos ocho cascos azules de la ONU por la explosión de una bomba en el norte de Malí
El enviado de la CEDEAO llega a Bamako para abordar con la junta el proceso de transición
Al menos ocho cascos azules de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) resultaron heridos el jueves a causa de la explosión de una bomba en los alrededores de la localidad de Ber, en el norte del país africano, según ha confirmado el portavoz de la misión, Olivier Salgado.
«Una patrulla de seguridad de los cascos azules ha pisado una mina o artefacto explosivo en los alrededores de Ber, en la región de Tombuctú», ha dicho en su cuenta en la red social Twitter, antes de agregar que los ocho heridos «fueron evacuados». «Les deseamos una rápida y total recuperación», ha manifestado.
El ataque ha sido condenado «firmemente» por el jefe de la MINUSMA, El Ghassim Wane, quien además ha deseado una «rápida recuperación» a las víctimas. «Nuestra presencia permite aportar un apoyo apreciado por las comunidades», ha argumentado, en medio del incremento de la inseguridad por los ataques de grupos yihadistas.
Por el momento ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque, que tuvo lugar el mismo día en el que el mediador de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), el expresidente nigeriano Goodluck Jonathan, se desplazó a Bamako para mantener contactos con la junta militar sobre el proceso de transición.
La delegación del organismo en Malí ha confirmado el viaje de Jonathan y ha resaltado que el objetivo es mantener conversaciones con las autoridades de cara a lograr un acuerdo sobre el calendario de la transición abierta tras el golpe de Estado de agosto de 2020, según ha recogido la emisora maliense Studio Tamani.
La junta anunció a principios de junio una prórroga de dos años –a contar desde marzo– del periodo de transición iniciado tras la asonada de 2020, que derrocó al entonces presidente, Ibrahim Boubacar Keita, a pesar de las presiones internacionales por los esfuerzos de los militares por mantenerse en el poder.
Goita encabezó en agosto de 2020 la asonada contra Keita y lideró posteriormente un segundo golpe de Estado en mayo de 2021 contra las autoridades de transición –momento en el que derrocó al presidente y el primer ministro, Bah Ndaw y Moctar Ouane–, alzándose al poder.
La CEDEAO, que en enero impuso duras sanciones contra el país por violar su compromiso de celebrar elecciones en febrero, había reclamado a las autoridades militares malienses que revisaran su propuesta de calendario de transición y había señalado que un periodo de entre doce y 18 meses sería aceptable, si bien finalmente la junta mantuvo sus planes.
Malí, al igual que otros países del Sahel, ha venido registrando en los últimos años un número creciente de ataques yihadistas obra tanto de la filial de Al Qaeda en la región como de la de Estado Islámico, lo cual ha hecho además aumentar la violencia intercomunitaria y provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas.