Henri Lévy dice que las declaraciones de Torra le sitúan cerca de Mussolini y ve el nacionalismo como una «mafia»
Boadella vuelve a Barcelona con una obra sobre el peligro del populismo y acusa a los intelectuales de ceder al independentismo por dinero
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BARCELONA, 29
El filósofo francés Bernard-Henri Lévy ha afirmado este martes que las declaraciones del presidente catalán, Joaquím Torra, sobre la vía eslovena le sitúan muy cerca de Mussolini y de Milósevich y ve el nacionalismo como una «mafia».
Lévy ha acusado al presidente de la Generalitat de animalizar a otros seres humanos y sugerir la vía eslovena en la que hubo docenas de muertos, y ha añadido que sus declaraciones le hacen estar muy cerca de Benito Mussolini y Slobodan Milosevich: «No conozco al señor Torra, pero me gustaría hablar de caballero a caballero, francamente».
«El nacionalismo, el racismo y el populismo son una gran familia, desafortunadamente, una mala familia y una mafia, y a veces hay invitados que son un poco sorprendentes», ha añadido sobre Torra.
Lo ha dicho en rueda de prensa en Barcelona al presentar el espectáculo cómico que critica los nacionalismos y populismos Looking for Europe , protagonizado por Albert Boadella. En este sentido, ha precisado que «lamentablemente, entre las capitales del populismo están estas ciudades queridas, admiradas de la convivencia, como Barcelona».
El actor y director teatral también ha intervenido, junto al presidente de SCC, Josep Ramon Bosch, y entre los asistentes han estado el exprimer ministro francés y candidato a la Alcaldía de Barcelona, Manuel Valls.
Lévy ha explicado que Barcelona es una de las heroínas de esta obra teatral, financiada por SCC, y que se podrá ver en el Olimpia Teatre de Valencia el 20 marzo, en el Teatro Coliseum de Barcelona el día 25, y en el Teatro Apolo de Madrid el 26.
Hijo de Brigadista Internacional, ha recordado que, cuando visitaba de pequeño la ciudad, una de sus virtudes era «la convivencia» con los migrantes de otras ciudades y entre los que hablan castellano y catalán.
El intelectual ha dicho estar emocionado pero también triste por una «convivencia reemplazada por un nacionalismo y populismo que no son la encarnación del espíritu de Barcelona», y ha definido el populismo como fantasma que avergüenza a Europa.
«¡Me da tanta pena y lástima saber que la convivencia está rota en la ciudad, en los grupos de amigos y las familias! Me da tanta lástima que para mí era absolutamente esencial venir y lanzar esta campaña europea simbólicamente», ha relatado.
«Barcelona y Catalunya en mi historia familiar tienen un sitio muy particular. Soy hijo de un combatiente de las Brigadas Internacionales, que cuando tenía 18 años vino a Barcelona para combatir a los franquistas y fascistas», ha explicado Lévy, que ha crecido en una tradición antifascista que considera el episodio más luminoso en la historia de España. ALBERTO BOADELLA
Lévy ha introducido a Boadella como presidente de la República de Tabarnia, y éste ha empezado la rueda de prensa remarcando que hace 15 años que no actúa en Barcelona y que no ha tenido relación con sus medios: «Lo hago ahora porque me da la gana. España es un país libre donde uno puede desplazarse y entrar y salir libremente».
En su papel en la obra, pone sobre las tablas «el gran peligro del populismo y nacionalismo en la Europa actual», aunque ha sido optimista respecto al estado del independentismo en Cataluña.
«Han cambiado cosas desde estos años en los que no he estado presente», y ha asegurado que hay un régimen nacionalista que le obligó a marcharse presentándole como un apestado y traidor a las esencias e induciendo a un boicot a su trabajo, pero considera que han fracasado en el intento.
«Es evidente que tiene poder institucional, pero está acorralado», según Boadella, quien ha celebrado que las cosas han cambiado y que los independentistas ya no tienen prestigio nacional ni internacional y que están sin gurú ni líder.
Ha relatado que la obra transcurre en un hotel de Sarajevo, como muestra de la dejadez de Europa en relación al conflicto de los Balcanes, y que un catalán compra un hotel en Europa «aprovechando la crisis».
Según él, la obra refleja una «enorme pesadez» de los nacionalistas, no de unos años, sino de 120, rozando el delito, e interviene como personaje nacionalista: «Me costó una barbaridad de encontrar los argumentos. Es lo más triste y patético de la situación».
«Me he dado cuenta de que no hay argumentos. La ficción ha sido la que lo ha generado todo. Tiene el potencial inmenso de consuelo», y ha considerado que el proceso independentista no ha terminado porque desprogramar una secta requiere una terapia larga y difícil, que dará mucho de sí, ha ironizado.
Sobre el sector teatral catalán, ha lamentado que, como está mediado por las instituciones, una parte mayoritaria de intelectuales han cedido a un complejo de vasallaje de un régimen por intereses «puramente económicos», y cree que todos se han puesto del lado del poder y del dinero, algo que ve lógico y humano pero indigno por parte de un gremio distinguido por la libertad.
Preguntado sobre el juicio a los líderes del proceso soberanista, ha respondido que, cuando él se fugó durante el franquismo mientras estaba detenido, avisó a sus compañeros procesados pero en libertad provisional: «Esto explica por qué estos señores están en la cárcel».