Hallan hornos crematorios en una finca utilizada por el cártel Jalisco Nueva Generación en México
Las autoridades mexicanas han confirmado el hallazgo de hasta tres hornos crematorios clandestinos en el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, una finca de casi 10 hectáreas utilizada por el cártel Jalisco Nueva Generación como centro de confinamiento, adiestramiento y exterminio.
El colectivo Guerreros Buscadores ha anunciado el hallazgo de los hornos crematorios y la Fiscalía de Jalisco ha abierto una investigación para determinar si hubo alguna omisión durante la revisión de la finca, realizada por las autoridades entre septiembre y octubre de 2024, según recoge el diario mexicano El Universal .
El fiscal de Jalisco, Salvador González de los Santos, está directamente a cargo de la investigación y dará información de manera pública para que las familias y las personas interesadas puedan consultarla a través de los canales institucionales, según un comunicado de la Fiscalía.
Tras conocerse la noticia, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha calificado como «terrible» el hallazgo de hornos crematorios y ha cuestionado la labor de la Fiscalía estatal.
De hecho, ha anunciado que el Gobierno federal ha contactado ya con gobernador jalisciense, Pablo Lemus, para coordinar acciones y también con la Fiscalía General de la República para que estudie su posible intervención.
RANCHO TOMADO EN SEPTIEMBRE
El Rancho Izaguirre está bajo control de las autoridades desde que en septiembre fueran detenidas diez personas tras un enfrentamiento armado. Además fueron liberadas dos personas y se halló a otra persona sin vida. Sin embargo, durante el tiroteo, «un número indeterminado de personas huyó del sitio para evitar ser detenidas».
En el registro se utilizó maquinaria pesada, georradares y perros, lo que permitió localizar armas, chalecos, indicios balísticos y dos lotes de restos óseos quemados, tras lo que el lugar quedó precintado. Sin embargo, el 5 de marzo el colectivo Guerreros Buscadores se desplazó hasta el lugar tras recibir una llamada anónima denunciando la existencia de hornos crematorio y encontraron los precintos rotos.
Tras su examen, descubrieron que el grupo criminal además de calcinar los restos de sus víctimas, los ocultaban bajo una losa de ladrillo y una capa de tierra.
Hasta el momento, la Fiscalía ha contrastado la existencia de cinco lotes de restos óseos fragmentados y con indicios de exposición térmica, 400 prendas e indumentaria, 96 casquillos de diversos calibres, tres cargadores, unos aros aprehensores metálicos, tres libros, una libreta y una identificación oficial.
