Guterres lamenta el «aumento de la intolerancia» y recuerda a las víctimas de violencia basada en la religión
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha recordado este viernes a las víctimas de la violencia basada en la religión, con motivo del Día Internacional de este hecho, y ha lamentado el «aumento de la intolerancia».
«Seguimos siendo testigos del aumento del discursos de odio, la intolerancia e incluso la violencia física y los ataques a personas, grupos y sitios, simplemente debido a sus creencias religiosas o su importancia», ha destacado Guterres en un discurso publicado por Naciones Unidas.
Ahondando en este aspecto, el secretario general de la ONU ha apuntado que, a menudo, este tipo de violencia va acompañada de la vulneración de otros Derechos Fundamentales, incluido e derecho a la libertad de pensamiento o de conciencia.
Además, en un contexto de crisis pandémica derivada de la COVID-19, el racismo y el estigma, junto con la desinformación, «ha exacerbado aún más esta peligrosa convergencia».
«A pesar de los riesgos, las víctimas continúan hablando con gran valentía para defender sus derechos. Me solidarizo plenamente con ellos y con los decididos esfuerzos de los actores de la sociedad civil, líderes comunitarios y religiosos para movilizarnos contra cualquier acto de violencia o discriminación», ha aseverado Guterres.
Así pues, el líder de Naciones Unidas ha puesto en los Estados la responsabilidad de «prohibir y disuadir la discriminación y la violencia», así como «proteger los Derechos Humanos de las minorías religiosas y garantizar que los autores de estos delitos rindan cuentas», a la par que la comunidad internacional apoya a las víctimas de estos «actos atroces».
Naciones Unidas ha remarcado haber hecho de este problema una prioridad que se debe abordar a través de algunas de las iniciativas que se han lanzado en esta materia, como el Llamado de acción por los Derechos Humanos, o el Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre Discursos de Odio, junto con el Plan de las Naciones Unidas para salvaguardar los lugares religiosos.
«La libertad de religión o de creencias es un Derecho Humano, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Hoy, este derecho se está probando», ha añadido Guterres, quien ha zanjado su discursos apuntando a un compromiso global para «cambiar el rumbo de esta terrible tendencia» y para construir «sociedades más inclusivas y pacíficas, donde la diversidad se celebra como una riqueza».