Guterres aplaude la liberación de los más de 300 niños secuestrados en una escuela en el noroeste de Nigeria
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha aplaudido este viernes la liberación de los más de 300 niños secuestrados la semana pasada por presuntos miembros del grupo yihadista Boko Haram en una escuela en el noroeste de Nigeria y ha pedido esfuerzos para proteger los centros educativos en el país.
«El secretario general aplaude la liberación el 17 de diciembre de algunos de los niños secuestrados el 11 de diciembre de una escuela secundaria en el estado de Katsina, en Nigeria», ha dicho el viceportavoz de la Secretaría General de la ONU, Farhan Haq.
Así, ha destacado que Guterres «aplaude la rápida acción adoptada por las autoridades para rescatar a los niños y pide la liberación inmediata e incondicional de los que siguen secuestrados», antes de agregar la importancia de que los niños y sus familias «reciban el apoyo sanitario y psicosocial necesario».
A pesar de las dudas en torno a si los captores habían liberado a los 344 niños secuestrados, el subdirector del centro educativo del que son alumnos, Yahaya Salauwa, ha confirmado que todos ellos se encuentran ya en Katsina, tal y como ha recogido el diario nigeriano Vanguard .
«El secretario general pide un aumento de los esfuerzos para salvaguardar las escuelas e instalaciones educativas en el país y reitera la solidaridad y compromiso de la ONU a la hora de apoyar al Gobierno y a la población de Nigeria en su lucha contra el terrorismo, el extremismo violento y el crimen organizado», ha remachado Haq.
Los niños, que fueron raptados en una escuela de la localidad de Kankara, han sido trasladados durante la jornada al estado desde Zamfara, a donde fueron trasladados tras el rapto, y han sido recibidos por el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, y por el gobernador estatal, Aminu Masari, según el diario The Premium Times .
Por su parte, el representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Nigeria, Peter Hawkins, se ha mostrado «aliviado» por las liberaciones y ha expresado su deseo de que los niños «tengan un retorno seguro junto a sus familias».
Hawkins ha señalado que el ataque «directo» contra niños «en medio de la noche y en un lugar en el que deberían sentirse seguros» es «indignante». «Las escuelas deben ser seguras. Los niños nunca deben ser objetivo de un ataque y, sin embargo, demasiado a menudo en Nigeria son precisamente eso, víctimas de ataques en sus escuelas», ha criticado.
«Los ataques contra las instalaciones educativas son una grave violación de los derechos del niño. Este incidente es un recordatorio preocupante de la dura carga de la violencia sobre los civiles en el noroeste de Nigeria, incluidos los niños», ha argüido.
El secuestro de los más de 300 estudiantes en el instituto de secundaria de Kankara supone la mayor operación de Boko Haram en el noroeste de Nigeria, donde había limitado sus acciones a emboscadas contra las fuerzas de seguridad y secuestros a pequeña escala a cambio del pago de rescates.
Además, ha traído a la memoria el rapto en 2014 de 276 niñas de un colegio de Chibok, en el estado de Borno, de las que 112 todavía permanecen en paradero desconocido. El secuestro provocó una ola de condenas, no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional y generó un movimiento, #BringBackOurGirls, que se mantiene a día de hoy y que apoya a las familias de las víctimas.