González-Páramo cree que en la UE falta «unión fiscal» que ayudaría a repartir los costes de otra crisis
Defiende la propuesta presentada por España para «complementar» la unión bancaria con un fondo de garantías de depósitos «único»
VITORIA, 21
El consejero ejecutivo responsable de economía global, regulación y relaciones institucionales de BBVA, José Manuel González-Páramo, ha defendido este lunes en Vitoria que a la Unión Europea le falta una «unión fiscal» que no tiene por qué ser «plena», sino que se podría «complementar» con la política fiscal nacional, pero que contribuiría a «repartir los costes de una perturbación económica de un conjunto de países que se beneficia de una política comercial común y de otras políticas comunes».
La Comisión de Asuntos Europeos y Acción Exterior del Parlamento Vasco ha acogido la comparecencia de González-Páramo que ha dado su opinión sobre el presente y futuro de la unión económica y monetaria de la Unión Europea.
En su intervención, el consejero ejecutivo de BBVA, que fue miembro del Comité Ejecutivo y del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) entre 2004 y 2012, ha destacado que en la actualidad la unión económica y monetaria se encuentra en un momento «crucial», ya que el próximo mes de junio se celebrará la que será probablemente la última cumbre decisoria, antes de las próximas elecciones al Parlamento Europeo, en mayo de 2019.
Tras hacer un repaso por la evolución de la unión económica y monetaria desde 1993, con la entrada en vigor del Tratado de Maastricht, ha destacado que en el año 2007 diversos estudios ya detectaron «signos de que algo estaba fallando» porque se había creado una unión monetaria «sin ningún elemento de colchón financiero o fiscal que permitiese asimilar perturbaciones o crisis económicas».
Para González-Páramo, la respuesta a la crisis económica por parte de las autoridades europeas fue «muy tímida». Según ha explicado, la decisión de crear una unión bancaria tenía como objetivo «desvincular la suerte del soberano de las entidades que operan en el Territorio de la soberanía creando una supervisión común, con las mismas reglas y el mismo mecanismo de resolución».
La unión bancaria pone en marcha un esquema para la puesta en marcha de un fondo de garantías común, que según ha explicado es uno de los «retos» que se abordará en la cumbre del próximo mes de junio. En este sentido, ha explicado que este fondo tiene como objetivo que «un euro en Atenas, esté igual de protegido y valga lo mismo que un euro en Madrid o Berlín».
UNIÓN FISCAL
Para el consejero del BBVA, a la Unión Europea le falta una «unión fiscal» que no tiene por qué ser «plena», sino que se podría «complementar» con la política fiscal nacional, pero cree que contribuiría a «repartir los costes de una perturbación económica de un conjunto de países que se beneficia de una política comercial común y de otras políticas comunes».
Al respecto, ha recordado que España ha elevado una propuesta al Consejo Europeo de junio que ha sido vista como «poco ambiciosa» pero ha indicado que la ve como una forma de «complementar, de una vez por todas, la unión bancaria, con un fondo de garantías de depósitos único».
«Creo que la propuesta puede ser el punto entorno al cual podría haber acuerdo en la Cumbre de junio. Es una propuesta pragmática que puede cerrar el GAP que hay entre Alemania y Francia», ha subrayado.
Asimismo, ha defendido la actuación del Banco Central Europeo (BCE) para hacer frente a la crisis pero ha advertido de que «no tiene sentido confiar el futuro de una unión económica monetaria a seguir volando sobre un motor como este porque una intervención mantenida mucho tiempo, acaba distorsionando al mercado que pretende ayudar».
De cara al futuro, cree que lo que más le preocupa a los ciudadanos europeos no es la unión bancaria sino la transparencia o «sentir que hay gente que decide por ellos cosas muy importantes sin su concurso», e, incluso, ha destacado que hay ciudadanos que perciben que lo malo «les viene de Europa porque lo bueno ya se lo da su propio Gobierno», algo de lo que ha responsabilizado a los propios gobiernos.
También ha señalado que otras de las preocupaciones de los europeos son la Seguridad, la Defensa o el Cambio Climático y cree que «la falta de percepción de que Europa puede ser útil en estas dimensiones está en parte detrás de los populismos». «Hay gente que reacciona ante problemas muy complejos de una forma relativamente simple, que es votando o estableciendo una preferencia política en contra del sistema», ha explicado.
BREXIT Y TRUMP
Para González-Páramo, los «fenómenos» del Brexit y Trump responden a factores «distintos pero conectados» que hacen referencia a la «insatisfacción de la ciudadanías con muchas de las políticas que no se han desarrollado en sus países para proteger frente a riesgos externos derivados de la globalización, por el cambio tecnológico o por los dos combinados».
«Trump y Brexit son respuestas a miedos, incertidumbres que se asocian luego a cosas muy epidérmicas que incluso es políticamente incorrecto mencionarlas como el cambio de la composición social», ha indicado antes de mencionar «las reacciones electorales que se producen cuando en un país entra un millón de refugiados, lo que acaban debilitando a partidos en el poder».
Por otro lado, ha defendido que la ciudadanía europea debe reflexionar sobre «el coste de una eventual no Europa» porque «no es imaginable una Francia o Alemania haciendo frente, por sí solas a Trump» pero «sí le hace frente la Comisión Europea con el mandato de más de 300 millones de habitantes que son más que los que tiene Estados Unidos y cree que esto es lo que nos protege a todos». «Sería bueno que el Parlamento Europeo, junto con la Comisión y los parlamentos nacionales, hicieran esta reflexión», ha indicado.