Gobierno vasco destaca la dificultad de actuación policial en macrobotellones que suponen «auténticos escudos humanos»
Califica de «incívicas, irresponsables e insolidarias» las aglomeraciones que acaban en «enfrentamientos» con la Ertzaintza
BILBAO, 29
El vicelehendakari primero y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha destacado las dificultades que existen para la actuación policial en los macrobotellones masivos, que suponen «auténticos escudos humanos», que se han convertido en un «problema de convivencia». Además, ha calificado de «incívicas, irresponsables e insolidarias» las aglomeraciones que acaban en «enfrentamientos» con la Ertzaintza.
En una entrevista concedida a Onda Vasca, recogida por Europa Press, Erkoreka ha recordado que los botellones no son «un fenómeno nuevo», pero ahora se traducen en «magnas concentraciones de personas en torno al consumo de bebidas alcohólicas», que en Euskadi, «al menos de esta manera, no se habían conocido tan clara y manifiestamente hasta este momento».
No obstante, ha dicho que lo que ha estado ocurriendo en Euskadi, y concretamente en Bilbao, en las últimas semanas, «se encuadra en un modelo» que se repite en otros lugares, «pero en la dimensión proporcionada correspondiente», como en Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia, Pamplona o Logroño.
«Siguen un patrón muy parecido. También se convocan macrobotellones en torno al consumo de alcohol siempre y que, en un momento determinado, puede incluso traducirse en un problema de orden público», ha añadido, para referirse al caso de la capital catalana, donde se han producido episodios de «rotura de mobiliario urbano y de establecimientos comerciales», lo que ha exigido una intervención policial «más relacionada con un problema específico de orden público, no con la comisión de infracciones en la normativa sanitaria».
Esto, que se extiende a través de las redes sociales, se reproducen, según ha recordado, también en otras ciudades de Europa. «No es un fenómeno que se da solo en Bilbao, sino en todas las partes. Y los jóvenes de nuestro entorno siguen este modelo que está implantado», ha dicho.
Además, ha apuntado que, en esas «masivas» concentraciones, las actuaciones policiales se encuentran con la dificultad de que plantean «un escudo humano», en el que las intervenciones son «muy complicadas».
En cuanto a la prevención, ha explicado que, si la Policía ocupa el espacio anticipándose a la convocatoria de jóvenes en ciertos lugares, estos se van a otro sitio. En el terreno de la intervención también existen «problemas», a su juicio, porque, una vez que se produce ya la aglomeración «importantísima de 2.000 o 3.000 personas», habría que ver en qué medida los agentes están habilitados para hacer una carga «cuando se encuentra con una infracción administrativa pura y dura, y no con una cuestión de orden público propiamente dicho o con la comisión delitos».
El consejero ha indicado que se trata de situaciones en las que «se sabe de antemano que una carga puede generar daños importantes». «Estamos hablando de mucha gente concentrada en un lugar, muchas de ellas con niveles de consumo de alcohol importantes y con un riesgo real de que las reacciones puedan ser de pánico o no siempre controladas. Puede haber reacciones agresivas con daños adicionales en el mobiliario urbano y demás, que puedan ser posteriores, y que se atribuyan con frecuencia en Euskadi a la presencia de la Policía allí, que dicen algunos que era provocadora», ha añadido.
«ADMINISTRAR CON TIENTO»
Para el vicelehendakari, se trata de «dificultades objetivas que hay que administrar con tiento porque uno de los principios que deben inspirar la actuación de las Policías es el de la oportunidad y la proporcionalidad».
Precisamente, ayer se reunió con el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, para hablar sobre esta cuestión, y la cita se enmarca dentro de la comunicación que hay con las administraciones locales de municipios en los que ha habido estos «problemas». Además, ha recordado que existe una coordinación entre Ertzaintza y policías locales para afrontar este tipo de situaciones.
Josu Erkoreka y Aburto, en su encuentro, compartieron su «preocupación» por este fenómeno, y los cuerpos policiales se coordinarán para reformular los planteamientos operativos de cara a los próximos fines de semana.
PROBLEMA DE CONVIVENCIA
Para el consejero de Seguridad, este tipo de macrobotellones, «más que un problema de orden público, hoy por hoy, lo que están planteando es un problema de convivencia». «Yo vengo repitiendo desde el mes de enero, en el que vivimos estas experiencias un poco agriamente, con enfrentamientos abiertos con la Ertzaintza, que son incívicas, irresponsables e insolidarias», ha añadido, para recordar el momento de pandemia existente en aquel momento.
En su opinión, «hay un problema de convivencia que puede proceder del hecho de que los aislamientos y confinamientos prolongados durante varios meses, han acentuado la necesidad de reunirse y juntarse, y ahora la necesidad no es solo estar con la cuadrilla, sino de retomar grandes concentraciones y poder estar con cuántas más personas, mejor, en grandes concentraciones».
Por ello, cree que este problema se debe analizar por sociólogos, y cree que será necesario, probablemente, un diálogo con los colectivos «que más intensamente participan en estas concentraciones para ver qué salida se le pueden dar y para hacerles ver que esta no es la solución».
«El reencuentro social no se puede producir en términos que sean tan nocivos para el medio ambiente, para la convivencia ciudadana y para el respeto mutuo que nos debemos las personas que convivimos en una ciudad», ha explicado.