García llama a eliminar el estigma asociado al VIH para acabar con la enfermedad como amenaza para la salud pública
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha confiado en que es «posible» eliminar el VIH como problema de salud pública para 2030 en la Unión Europea (UE), pero ha advertido de que «solo quedan siete años» y eliminar el estigma y la discriminación asociados es «fundamental» para conseguirlo.
«Pocas enfermedades infecciosas a lo largo de la historia han tenido los niveles de estigma y discriminación que han acompañado al VIH, generando un enorme impacto en la vida de las personas y poniendo en peligro su salud física y mental, así como los objetivos epidemiológicos de control y eliminación», ha señalado, en un discurso pronunciado en la sede del Parlamento Europeo, en Bruselas (Bélgica), con motivo del Día Mundial del Sida, que se celebra este viernes. Para García, es necesario un compromiso «renovado» por parte de la Comisión, el Parlamento y los Estados miembros.
La ministra, que ha proclamado que la eliminación de la discriminación es una prioridad de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea, ha compartido con sus colegas europeos los últimos datos publicados por el Instituto de Salud Carlos III sobre el diagnóstico del VIH en España.
En el periodo 2021-2022, el 92,5 por ciento de las personas con VIH en España conocerían su diagnóstico de VIH, el 96,6 por ciento están recibiendo tratamiento antirretroviral y el 90,4 por ciento tienen carga viral suprimida. «Destacamos el descenso de la fracción de VIH no diagnosticado, ya que ha disminuido del 13 por ciento en el periodo 2017-2019 al 7,5 por ciento en el periodo 2021-2022», ha detallado, para añadir que el objetivo es «alcanzar cifras superiores al 95 por ciento en los tres objetivos en los próximos dos años». Para ello, ha insistido, es necesario un objetivo de «estigma cero».
A su juicio, acabar con los mitos relacionados con la enfermedad permitirá y capacitará a las personas para prevenir el VIH, diagnosticar la infección por el VIH en fases tempranas, iniciar el tratamiento antirretroviral cuando sea necesario y cumplirlo, «obteniendo así la máxima calidad de vida y de salud mental y física».
Además, la eliminación del rechazo a las personas con VIH se asocia a la eliminación de todas las formas de estigma que afectan a las comunidades vulnerables como la LGTBIQ+, inmigrantes, consumidores de drogas, personas encarceladas y personas que ejercen el trabajo sexual.
«Solo dos países de la UE, Luxemburgo y recientemente España, se han unido a la Alianza Mundial de ONUSIDA para eliminar todas las formas de estigma y discriminación, que marca el camino para alcanzar el estigma cero. Animamos a los países de la UE a unirse a la Alianza Mundial, pedimos al Parlamento Europeo que la promueva entre los Estados miembros y a la Comisión Europea que la apoye a nivel financiero», ha reclamado la ministra de Sanidad.
AVANZAR HACIA UN MODELO DE CUIDADOS INTEGRAL
Su intervención se ha seguido en directo en la sede del Ministerio de Sanidad durante la lectura del manifiesto de la coordinadora estatal de VIH y sida (Cesida). En el mismo, representantes de la organización han reclamado que, ahora que ya se ha alcanzado la cronicidad, es necesario avanzar hacia «un modelo de cuidados integral» centrado en las necesidades individuales, «no solo las médicas, sino también las psicosociales», y hacerlo «con equidad».
Por ello, han pedido la implementación en las unidades de VIH de intervenciones sencillas, que permitan identificar y manejar en la consulta problemas y trastornos que deterioran la calidad de vida de los pacientes. «La cronicidad, los avances de ONUSIDA y los efectos de los antirretrovirales nos acercan al fin de la amenaza de salud pública, pero anhelamos más: la cura definitiva para el VIH», se recoge en el manifiesto de Cesida.
ACABAR CON LA SOLEDAD NO DESEADA EN VIH
En palabras de la presidenta de Cesida, Reyes Velayos, «la participación comunitaria es imprescindible» para «poner los cuidados como un elemento esencial» que posibilite superar las desigualdades y mejorar día a día la calidad de vida de las personas con VIH. «Desde la comunidad queremos decir a las personas con VIH que viven la soledad no deseada que estamos con ellas, y renovamos nuestro compromiso para que llegue el día en el que podamos ver una generación libre de VIH», ha aseverado Velayos.
Según los datos presentados esta semana en el XIV Congreso de GeSIDA, el 16,5 por ciento de las personas que viven con VIH sufren soledad y el 12,3 por ciento aislamiento social. Asimismo, el 29,1 por ciento y el 21 por ciento refirió síntomas de ansiedad y depresión significativos respectivamente, el 24,3 por ciento problemas de movilidad y el 40,8 por ciento, de dolor.
Finalmente, la directora ejecutiva de Seisida, María José Fuster, ha ejemplificado algunas experiencias de estigma y discriminación en el empleo, señalando que la anticipación de este estigma disuade a las personas con VIH de buscar trabajo o solicitar ascensos. «Algunos indicadores de estigma estructural son: pruebas obligatorias del VIH en algunos países para entrar y trabajar, prohibición de estancia o residencia (Ucrania y Bosnia); y exclusiones en el empleo público en algunos países», ha expresado.
Además, ha añadido que la dificultad de acceso a los seguros plantea «graves dificultades», que repercuten en los derechos y en el acceso a la asistencia sanitaria. «En España se han hecho esfuerzos para revertir esta situación, pero sigue habiendo obstáculos», ha advertido.
Por último, en el ámbito de la educación, para Fuster es «crucial» abordar las ideas «erróneas» sobre la transmisión del VIH; promover la comprensión del lema indetectable=intransmisible ; facilitar el acceso a modelos de prevención, educación sexual y programas contra el estigma; y «atender las necesidades de la población inmigrante».