García aboga por contar con un plan nacional para prevenir, detectar de forma precoz y tratar la enfermedad renal
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha abogado este miércoles por crear un Plan Nacional de Salud Renal para poder prevenir, detectar de forma precoz y tratar de forma especializada la enfermedad renal, incorporándola así a la estrategia de cronicidad del Ministerio.
«Tenemos que contar con un Plan Nacional de Salud Renal (…) incorporando la enfermedad renal dentro de lo que es la estrategia de cronicidad. Los elementos de esta iniciativa son claros», ha expresado García durante una jornada por el Día Mundial del Riñón, impulsada por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la Sociedad Española de Nefrología (SEN).
Entre los componentes clave mencionados por la ministra se encuentran la prevención, que «comienza con la promoción de los hábitos de vida saludables» junto con la implementación de intervenciones que permitan su identificación temprana y el control de las causas más frecuentes, como la hipertensión arterial o la diabetes.
Del mismo modo, ha destacado que se debe impulsar la realización anual de pruebas para lograr un diagnóstico precoz, para lo que es «clave» el papel de la Atención Primaria, donde ha propuesto llevar a cabo pruebas de filtrado glomerular o de albuminuria en pacientes de riesgo.
«Son dos pruebas muy sencillas, de bajo coste y con un impacto enorme, porque detectar la enfermedad renal a tiempo nos da una oportunidad para poder intervenir, como en todos los diagnósticos precoces, y para poder frenar el avance antes de que llegue a estadios más avanzados, a la vez que empezamos a tener tratamientos que pueden evitar que esta enfermedad progrese y que puedan mejorar la calidad de la vida de los pacientes», ha añadido García.
Este plan también debe incluir una atención especializada para los pacientes con enfermedad renal en consultas de enfermedad renal crónica avanzada (ERCA), que ya se encuentran expandiéndose en España y que están «jugando un papel fundamental» a la hora de asegurar el tratamiento de los pacientes de alta complejidad, permitiéndoles llegar en mejores condiciones a las terapias sustitutivas, siendo la «mejor opción» el trasplante renal
Asimismo, ha subrayado la necesidad de mantener una vigilancia epidemiológica «sólida» que ayude a tomar las decisiones basadas en la mejor evidencia.
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