Garamendi pide precaución con el déficit, porque «la fiesta se va a acabar», consenso y más pactos de Estado
Advierte de «la inflación de los salarios», porque se puede «consolidar» la inflación
GETXO (VIZCAYA), 25
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha apelado a tener «muchísima precaución» con los niveles de déficit, porque «la fiesta se va a acabar» tras varios años «dopados» por Europa, y también ha advertido de la necesidad de revisar los presupuestos para evitar que, «a final de año, salgan unas cuentas bastante peores de las que pensábamos».
Asimismo, ha considerado que hay «un montón de temas que deberían estar consensuados» con pactos de Estado y ha instado a tener «cuidado» con «la inflación de los salarios» porque se puede «consolidar» la inflación.
En un encuentro empresarial organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección en la localidad vizcaína de Getxo, el presidente de la patronal española ha repasado distintos asuntos económicos y que afectan a las empresas. Entre ellos, ha abordado el alto nivel de deuda del Estado y ha apelado a tener «muchísima precaución», porque «parece que la fiesta sigue y se va a acabar», tras estar «dopados por Europa varios años».
«Hay gente que puede estar animada a hacer políticas populistas con el dinero capitalista de los demás», ha dicho Antonio Garamendi, a quien le preocupa «sobremanera cómo se va a gestionar la primera empresa de este país», en relación al Estado, ya que «nos podemos encontrar con déficit a partir del año que viene del orden de 50.000, 60.000, 70.000, 80.000 millones de euros anuales». Según ha recordado, hay que ser «conscientes de que ese dinero habrá que devolverlo».
Asimismo, ha indicado que ya el año pasado advirtió de que había que «tener mucho cuidado con los presupuestos de este año» y, en este sentido, ha aludido al «desfase» entre la previsión del precio del barril de petróleo y la cuantía real.
Según ha indicado, mientras en una empresa en este tipo de situaciones los datos se revisarían, en este caso «no pasa nada» y se siguen «con los mismos presupuestos» sin revisión, con lo que a final de año pueden «salir unas cuentas bastante peores de las que pensábamos».
Además de abogar por el «rigor presupuestario», ha considerado que «hay un montón de temas que deberían estar consensuados» con pactos de Estado, lo que «daría muchísima confianza de país», y en este sentido ha lamentado la actual política «muy radicalizada».
Garamendi ha alertado, por otro lado, de la importancia de tener «cuidado» con «la inflación de los salarios» porque, según ha afirmado, se puede «consolidar» la inflación que ahora sufre el país, en vez de evitar que sea «recurrente» y lograr que «dure poco tiempo». Por ello, ha apelado a alcanzar acuerdos con los sindicatos en los que se puedan «moderar los salarios».
En materia fiscal, uno de los asuntos que más va a haber que «pelear» en los próximos meses, ha advertido de que las cotizaciones sociales son un 30% superiores al resto de Europa y ha subrayado que la presión fiscal, «aunque si divides lo que se recauda por el número de españoles, se recauda menos que en los países europeos», si se tiene en cuenta «por el número que realmente pagamos los impuestos pagamos mucho más» debido al porcentaje de economía sumergida. También ha indicado que el Impuesto de Patrimonio «no tiene sentido».
PROBLEMAS DE GESTIÓN
El presidente de la CEOE ha abordado asimismo los fondos europeos de recuperación, que considera «una gran oportunidad», aunque ve «problemas» desde el punto de vista de la gestión y ha reclamado «más participación pública-privada» porque es «la base para que esto funcione».
Garamendi ha recordado que parte de esos recursos irán a proyectos estratégicos del país y hay que estar «pendientes de que esas infraestructuras sean las adecuadas». Además, ha pedido «más coordinación» ante el hecho de que el estado de las autonomías «complica» la gestión.
También ha advertido de que con el nivel de inversiones que se requieren a las empresas para beneficiarse de fondos, muchas pymes en este momento no pueden «lanzarse» a esas inversiones, y ha apostado por dar «más espacio» al sector financiero, que podría facilitar «muchísimo el acceso y la información».
Por otra parte, Garamendi ha valorado el trabajo realizado por las empresas durante la pandemia, en la que han sido «mucho más eficaces que las administraciones», y ha asegurado que se ha realizado un trabajo «intensísimo» en «la paz social», con trece acuerdos en un momento de «excepcionalalidad», en el que se requería poner un «granito de arena» para «solucionar temas» y no para «crear conflictos».
Según ha indicado, «hemos estado en muchas normas en este año y medio que han conseguido ayudar a la sociedad, y nos ponen por delante una paz social» sin la que se habrían tenido «muchos problemas».
En esta línea, ha defendido el acuerdo para la reforma laboral y ha señalado que en la negociación no se estaba hablando de «la reforma laboral que había» con anterioridad, sino del «papel que nos enseñaron» con una «contrarreforma» que en su día calificó de «marxista» y en la que «había muchas cosas que estaban encima de la mesa donde teníamos problema grave». También ha lamentado que «se ha jugado más a la política», con respecto a la prevalencia de los convenios autonómicos.
Asimismo, ha lamentado que el año pasado los fondos de pensiones privados cayeron un 45% «por un afán recaudatorio», lo que ve «un error». Garamendi ha recordado que le preocupó «sobremanera» el planteamiento del Ministerio de José Luis Escrivá en relación a los planes de pensiones porque «quería nacionalizar el segundo pilar de las pensiones» y «montar un gran fondo de pensiones en el Estado», en el que «arrasó con toda la libertad de elección y de gestión de entidades privadas y otro tipo de entidades públicas».
Según ha explicado, le trasladó al ministro que era » causa belli que fuera una nacionalización de las pensiones», que ponía «en riesgo» los planes de previsión del País Vasco y los fondos privados. De este modo, ha apuntado que «se ha conseguido afortunadamente que a través de la negociación colectiva en la propia empresa se decida a dónde se va».
En todo caso, ha opinado que «el plan que ha ido como proyecto de ley al Congreso, como sigue planteándo desde el punto de vista de los incentivos no mucho interés, realmente la gente no se va a apuntar».