El fiscal mantiene 18 meses por desatender a dos perros a un ganadero, que alega: «Aparecieron por allí»
Uno de los animales murió dado el «lamentable» estado de salud que presentaba
El fiscal mantiene su petición de 18 meses de prisión y 3.300 euros de multa a un ganadero de La Cavada (Riotuerto) acusado de desatender a dos mastines, uno de los cuales murió, que estaban en su finca. Le considera autor de sendos delitos de maltrato animal, pero él ha negado que ambos perros fueran suyos.
«Aparecieron por allí», ha alegado este martes en el juicio contra él, celebrado en el Juzgado de lo Penal número 4 de Santander, y en el que su abogado ha insistido en la libre absolución, mientras que la acusación particular, ejercida por la protectora Acción y Reacción Animal Cantabria (Ayrecan), sigue interesando dos años y medio de prisión y ha elevado a 13.666 euros la reclamación por los gastos veterinarios y de manutención de los canes.
El procesado ha admitido que los vio «unas cuantas veces» por su finca, pero también por la carretera del pueblo y por los prados de vecinos, ya que según ha indicado llevaban unos «dos meses» «pululando» por las inmediaciones de su propiedad, en la que hay una estabulación ganadera y a la que podían «entrar y salir perfectamente», ya que solo tenía una barrera con barrotes y alambre del pastor.
También había un mastín suyo, que lo recogió cuando estaba «abandonado», y cree que por ello se acercaban los otros dos: «Solían comer allí con él», pero «cuando me veían, huían», ha apostillado. «Se abandonan muchos perros, y más en verano», ha comentado.
Los hechos enjuiciados ocurrieron en septiembre de 2021, cuando la protectora recogió un mastín -hembra de aproximadamente un año- en «muy mal estado» de salud, como ha corroborado en la vista oral la veterinaria que la asistió, y que ha ratificado que presentaba heridas infectadas por todo el cuerpo, con gusanos en el interior de las mismas y deshidratación. Fue tratada en una clínica, donde murió días después a causa del deterioro que presentaba.
Y el 17 de ese mes, agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil acudieron a la finca, donde había dos perros, uno mestizo y otro mastín, hermano de la anterior, que fue recogido por los efectivos, como ha testificado uno de ellos en el juicio.
Ha explicado que intentaron localizar sin éxito al propietario y, ante el estado de salud del animal y sabiendo lo que había sucedido con su hermana, quedó a disposición de Ayrecan, que también lo ingresó en la clínica. Tenía deshidratación severa, inflamación en toda la piel, pulgas, piojos y sarna, además de cojera -a causa de traumatismo, ha precisado la perito- por la que fue operado de la cadera. La intervención fue «muy bien» y salió adelante, ha valorado la veterinaria.
Además, en el juicio han testificado varias personas, como una mujer que solía pasear por La Cavada y ya en abril había visto a los dos perros en la finca, «delgados y descuidados», mientras que en septiembre era «lamentable» el estado de la que luego murió, y a la que encontraron en la carretera. «Parecía que se estaba muriendo», ha recordado.
DELITOS Y PENAS
Para el fiscal, los hechos constituyen dos delitos de maltrato animal en la modalidad omisiva, por los que además de 18 meses de prisión y 3.300 euros de multa, pide seis años y dos meses de inhabilitación para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de los mismos, así como el pago de las costas.
Para el representante del ministerio público, hay que tener en cuenta el estado de los perros, que era «lamentable» según la prueba testifical y pericial practicada, y su titularidad, punto en el que ha considerado acreditado que estaban en la finca del acusado, «haciendo compañía o guardando la estabulación». «No es necesario que fueran suyos de siempre», ha preciado al respecto.
Para la protectora, lo ocurrido constituye dos ilícitos de maltrato de animal doméstico, por los que reclama dos años y medio de cárcel y siete de inhabilitación para actividades relacionadas con animales y la tenencia de los mismos, además de 13.668 euros de gastos de manutención y veterinarios de ambos, frente a los 11.480 que solicitaba antes de la vista oral. Según la abogada de Ayrecan, tanto los hechos como los gastos han quedado acreditados.
Pero el abogado defensor discrepa, no del estado de salud de los mastines, sino de la propiedad de los mismos, pues -ha dicho- no hay «nada» que pueda vincularlos con su cliente, más allá de que encontraran a uno en su finca -que estaba «abierta» y, por tanto, podían entrar y salir de la misma «libremente»- y al otro «en mitad del pueblo», por donde estaban «vagando».
Para esta parte, no tiene que responder de lo que ocurra a un animal el responsable del lugar donde sucede, y ha apuntado al respecto que los mastines iban «donde podía comer algo». También ha discrepado del montante que interesa la protectora. Así, ha pedido la absolución de su patrocinado y, subsidiariamente, que sea condenado por un delito leve y se aplique la atenuante de dilaciones indebidas.
Por último, en caso de sentencia condenatoria, ha pedido a la magistrada la suspensión de la pena de prisión y ha trasladado el comprometido del ganadero a abonar la responsabilidad civil.



