Fundación Miguel Ángel Blanco recoge la historia de 14 taxistas asesinados por ETA en el documental Bajada de bandera

Cuesta cree «importantísimo recuperar la humanidad y la historia de las víctimas más olvidadas» y relatar «con rigor» lo sucedido

SAN SEBASTIÁN, 15

La Fundación Miguel Ángel Blanco recoge la historia de los 14 taxistas asesinados por ETA a través del documental Bajada de Bandera , con el que pretende realizar un homenaje a las «víctimas olvidadas» de la banda terrorista, cuyas familias «tuvieron que sufrir además el estigma del algo habrá hecho ante la soledad o la complicidad social».

El documental, que se estrena este jueves en el Museo Casa Botines (León) y participará en el XIX Ciclo de Cine para la Tolerancia de Pamplona este próximo sábado, reconstruye el mapa de estos asesinatos desde 1969 a 1985 y denuncia la impunidad de más de trescientos casos no resueltos representados en estas víctimas.

La directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco, Cristina Cuesta, el director de FUNDOS, José María Viejo, el director del documental, Felipe Hernández, y el responsable de archivo, investigación y documentación del Centro Memorial Victimas del Terrorismo, Gaizka Fernández Soldevilla, han ofrecido este jueves una rueda de prensa online para presentar Bajada de Bandera .

En su intervención, Cristina Cuesta ha explicado que este documental es «el resumen de una investigación», que se ha desarrollado a lo largo de dos años, y que busca «aportar humildemente algún mimbre a la construcción de la memoria de las víctimas del terrorismo».

Cuesta ha recordado que la Fundación Miguel Ángel Blanco produce «más o menos» cada dos años un documental que «asiente la memoria, que dé voz a las víctimas, que relate con rigor, de una forma didáctica, la verdad de lo que sucedió». «No será la verdad completa, pero sí una verdad que por distintas razones ha sido ocultada durante mucho tiempo», ha añadido.

Para la Fundación, es «importantísimo recuperar la humanidad y la historia de las víctimas más olvidadas, sobre todo de las de las primeras décadas», y contar «de una manera clara, directa, con criterio ético y estético la verdad y la dignidad de tantos que pasaron a segundo plano, que vivieron verdaderos calvarios en su día a día» porque, «además de ser amenazados, estigmatizados, heridos, asesinados», estas personas «tuvieron que soportar el plus de la culpabilidad».

Cuesta ha detallado que Bajada de bandera se inicia «cuando nos damos cuenta de que la primera víctima civil de ETA es el taxista Fermín Monasterio» y la investigación da pie al equipo del documental para «contar una época convulsa, unas relaciones sociales complicadas, unas vivencias atravesadas por el horror del terrorismo y las consecuencias para tantas personas».

Según ha apuntado, el documental ha intentado denunciar y relatar «la impunidad de muchos de estos casos, porque la mitad de los que se reflejan no han sido judicializados», así como «la soledad y el desamparo de las familias que fueron apartadas de la cotidianidad por estar marcadas por ETA y una estrategia criminal que intentó marcar a aquellos que, sin ningún fundamento ni verdad, podrían parecer colaboradores de las FSE».

La Fundación Miguel Ángel Blanco considera que trabajar en formato audiovisual, pese a ser un proceso «más lento», es algo que «agradecerán» las nuevas generaciones porque «estamos ayudando a construir una memoria en la que estamos todos responsabilizados» y, según ha dicho, «queremos dejar un bagaje de conocimiento y tenemos que recuperar como testigos de la verdad y la dignidad a muchas víctimas a los que por desgracia no ponemos nombre, ni cara, ni historia».

«Estamos trabajando ya en el siguiente proyecto, vamos a continuar con toda la fortaleza y toda la paciencia, y estamos muy contentos de poder ofrecer a la sociedad otra obra que conmueva y que ayude a dar elementos para una reflexión rigurosa sobre lo que pasó», ha expresado Cuesta.

TAXISTAS ASESINADOS

Por su parte, Felipe Hernández, que ya había colaborado con la Fundación en el documental N-1 , ha explicado que la idea surgió en el citado proyecto, pensando en centrarse en la figura de Fermín Monasterio, porque «su caso tenía fuerza y elementos para constituir un único documental», pero «decidimos abrir la perspectiva y abordar el caso de todos los taxistas que fueron asesinados por ETA entre 1969 y 1985».

Entre esos casos que se documentan en Bajada de bandera está uno «bastante confuso», el del asesinato de Martín Merquelanz en Irun (Gipuzkoa), que inicialmente fue reivindicado por el Batallón Vasco-Español aunque finalmente se comprobó que había sido obra de ETA.

Hernández ha señalado que han contado el caso de personas, en este caso del gremio del taxi, que «fueron acusadas para justificar su asesinato de ser colaboradores de la policía». Además, ha detallado que han intentado localizar y grabar «los lugares exactos o más cercanos posibles» en los que fueron asesinadas y contar con el testimonio de sus familiares.

En ese sentido, ha explicado que esta parte fue «especialmente complicada» porque «con la excepción de Cristian Matías, nieto del taxista Manuel Albizu», hubo familiares que dudaron si participar o no en el documental y «otros no quisieron apelando al miedo y otros optaron por dejar los recuerdos atrás».

«PASADO TRAUMÁTICO»

Gaizka Fernández Soldevilla, por su lado, ha resaltado la importancia de trabajos como este porque, ante este el «pasado traumático» que ha dejado ETA, «una parte de la sociedad está deseando pasar página sin haberla leído primero e intenta acogerse a la amnesia».

Asimismo, ha advertido de que «el nacionalismo vasco radical intenta justificar la acción terrorista y hacer de los etarras héroes», algo que «se ve en los ongi etorris que dejan una imagen distorsionada a los ojos de las nuevas generaciones». «Ese sectarismo brutal sigue ahí y es muy peligroso», ha alertado.

A su juicio, un «antídoto eficaz» ante ello es «la memoria y la historia» y documentales como este «puede hacer que los jóvenes conozcan las consecuencias y cuando se les vuelva a tentar sepan qué ocurrió». «Es importante recuperar la memoria para que no haya una ETA del futuro», ha insistido.

En esa línea, el Centro Memorial Victimas del Terrorismo ha incidido en que el de los taxistas ha sido «uno de los colectivos más golpeados» y ha recordado que el asesinato de Monasterio produjo «una reacción social inédita para la época» con la que ETA «se asustó» y dijo que no tenía nada que ver.

El 9 de abril de 1969 Fermín Monasterio, taxista, recogió a un cliente en el casco viejo de Bilbao que le pidió que le llevara dirección Burgos. Ese cliente era el miembro de ETA Miguel Echevarría, alias Makagüen , que escapaba herido de una redada policial en la que habían sido detenidos otros etarras. A la altura de la localidad de Arrigorriaga (Bizkaia) le hizo salir del coche y le pegó cuatro tiros al taxista.

ETA asesinaba en 1969 al primer civil. Desde entonces, hasta 1985, otros trece taxistas fueron asesinados en el País Vasco. Bajada de bandera , que recrea un mapa de los lugares donde fueron asesinadas estas víctimas, se estrena este jueves en el Museo Casa Botines (León) en el marco de la Exposición La Voz de las Manos Blancas , un recorrido fotográfico por la historia del terrorismo. Además, participará en el XIX Ciclo de Cine para la Tolerancia y contra el terrorismo en Pamplona, y también se podrá ver próximamente en Madrid.

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