Funcas aboga por reducir los beneficios fiscales del IVA e IRPF para aliviar las cuentas públicas en España
Urge a reformar el sector público español por el lado del gasto y de los ingresos para fortalecer su sostenibilidad
Funcas aboga por reducir los beneficios fiscales en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y dar más peso a la inversión frente a otros gastos como medida para aliviar las cuentas públicas españolas a largo plazo.
Así se desprende del último número de Papeles de Economía Española de Funcas, donde el autor, Desiderio Romero-Jordán, recuerda que en las dos próximas décadas el envejecimiento ejercerá una presión creciente sobre el gasto público en España, alcanzándose alrededor del 48% en 2035 y del 52% a partir de 2050, en especial por las pensiones.
El autor defiende realizar una reforma fiscal en los principales impuestos en España (IRPF, impuesto de sociedades, IVA e impuestos especiales), que favorezca el crecimiento económico para asegurar la sostenibilidad del gasto y avanzar hacia un sistema tributario «más eficiente y equitativo».
Entre los cambios que se proponen, Romero enfatiza la necesidad de reestructurar el IVA y calcula, por un lado, que la eliminación de los dos tipos reducidos aumentaría la recaudación alrededor de un 30%, equivalente a 18.000 millones de euros, mientras que, por otro, el mantenimiento de un único tipo reducido del 10% elevaría la recaudación un 4,1%.
También subraya la potenciación de la fiscalidad medioambiental y la revisión de los impuestos especiales, como los aplicados al alcohol y al tabaco, y de ciertos aspectos del Impuesto de Sociedades.
Asimismo, junto a la revisión de gastos fiscales, Romero considera que una línea prioritaria de actuación en el IRPF es la atenuación de la progresividad en frío. Así, recuerda que un 70% del aumento del tipo medio efectivo entre 2019 y 2023 (del 12,8% al 14,7%) ha sido debido a la progresividad en frío con una inflación acumulada de 15,4 puntos.
«El 58% de la progresividad en frío se debe a la pérdida de valor de los rendimientos del trabajo y de los mínimos personales y familiares y el 42% restante es consecuencia de la falta de actualización de la tarifa», recalca el autor en el estudio.
LA RECAUDACIÓN DEL IRPF CAE POR EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN
En esta línea, David López y Roberto Ramos enfatizan que el envejecimiento está afectando a las fuentes tributarias mayores, ya que, a medida que aumenta la población jubilada, la base del impuesto sobre la renta personal se reduce, lo que disminuye la recaudación y progresividad del IRPF, a la vez que los mayores consumen más servicios no sujetos a gravamen o con tipos reducidos, lo que reduce la recaudación por IVA y otros impuestos sobre el consumo.
Además, los hogares mayores reciben más ingresos de capital, que suelen estar gravados a tipos más bajos que los del trabajo, y su riqueza está concentrada en activos inmobiliarios, con menor tributación recurrente. La conclusión principal es que, en ausencia de reformas, estos cambios demográficos erosionarán las bases impositivas, presionando a la baja los ingresos públicos.
PESO BAJO DE LA INVERSIÓN PÚBLICA SOBRE EL PIB
Por su lado, los autores José Emilio Boscá, Rafael Doménech, Javier Ferri, David Sarasa y Camilo Ulloa recalcan que el peso de la inversión pública en el PIB de la economía española se sitúa entre los niveles más bajos de los países de la UE, lo que condiciona el potencial de crecimiento económico a largo plazo.
Los autores destacan también que España tiene un mayor peso del gasto social con relación al productivo que en la Unión Europea (UE) y que la estructura de los ingresos públicos también es diferente. Así, la indirecta y las del trabajo en el impuesto de la renta son inferiores, mientras las cotizaciones sociales son superiores, por la mayor imposición que recae sobre las empresas.
En relación al gasto público, el tamaño del sector público español se encuentra en una posición intermedia en comparación al resto de países de la UE. Así, Francia y Bélgica tienen un tamaño significativamente mayor, mientras otros como Holanda o Irlanda, con una renta per cápita superior, muestran un sector público más reducido.
Los autores consideran que la economía española tiene un amplio margen para mejorar la eficiencia de su sector público y apuestan por reformas que mejoran la estructura de ingresos y gastos para maximizar el crecimiento potencial de su renta per cápita.