Fuerzas kurdas y de la coalición irrumpen en la prisión de Ghueran para poner fin al asalto yihadista
El último balance cifra los muertos en 123, contando combatientes de Estado Islámico, fuerzas kurdas, civiles y personal de la cárcel
Fuerzas kurdas y de la coalición internacional contra Estado Islámico han comenzado la incursión en la cárcel de Ghueran, en la provincia siria de Hasaka (noreste del país), con la intención de poner fin a cuatro días de asalto de Estado Islámico para liberar a sus más de 3.500 camaradas encarcelados allí, y que de momento se salda con 123 fallecidos, según activistas.
Desde el comienzo del asalto, el pasado jueves, 77 terroristas de Estado Islámico, 39 integrantes del personal de seguridad kurdo — contando las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y las milicias Asayish — y siete civiles han muerto durante las hostilidades. Al menos 136 presos evadidos de Estado Islámico han sido capturados de nuevo en las localidades próximas a la prisión, pero se desconoce el número de fugados.
En las últimas horas, la organización terrorista ha publicado vídeos del interior de la prisión, donde sus compañeros han protagonizado de manera simultánea al asalto un motín tras el que se habrían hecho con el control de la instalación.
En las imágenes se pueden ver una veintena de cuerpos del personal de seguridad de la cárcel, pero no se ha podido verificar si están vivos o muertos, según las fuentes de la red de activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que ha proporcionado también el balance.
El paradero de decenas de miembros de ambos bandos continúa aún siendo desconocido, por lo que el Observatorio Sirio ha estimado que el número real de víctimas mortales es mayor.
Las FDS anunciaron el 23 de marzo de 2019 la toma de la localidad de Baghuz y la caída del conocido como califato territorial de Estado Islámico, que ya no controla ninguna zona en Siria e Irak, donde fue derrotado en diciembre de 2017.
Sin embargo, el grupo ha incrementado sus ataques durante los últimos meses, especialmente en el citado triángulo entre las provincias de Alepo, Hama y Raqqa, lo que ha provocado que el Ejército de Rusia haya aumentado igualmente sus bombardeos en apoyo a las tropas gubernamentales.