Fitch revisa a negativa la perspectiva de BBVA por la incertidumbre en Turquía y México
La agencia de calificación crediticia Fitch ha confirmado la nota de solvencia de BBVA en A- , pero ha rebajado la perspectiva de estable a negativa , debido a un aumento de los riesgos en Turquía y México, mercados considerados «clave» para el negocio de la entidad.
De esta forma, el banco presidido por Francisco González, cargo que a partir de enero de 2019 será asumido por el actual consejero delegado Carlos Torres Vila, se mantiene dentro del grado de inversión con calidad buena, pero podría sufrir una rebaja de su calidad crediticia en el corto plazo debido a la nueva perspectiva negativa .
Fitch ha explicado que, aunque BBVA ha superado «relativamente bien» los últimos periodos de estrés, como la crisis inmobiliaria y económica de España, gracias a su diversificación geográfica y «modesto» apetito al riesgo, su presencia internacional destaca por estar centrada en mercados emergentes volátiles.
«La perspectiva negativa refleja nuestra visión de mayores riesgos en el desempeño financiero, el apetito al riesgo y la ejecución del grupo como resultado del deterioro del entorno operativo en Turquía, combinado con un aumento de la incertidumbre y unos pronósticos económicos más débiles en México», ha apuntado la calificadora.
Estos mercados son fundamentales para BBVA, ya que representaron aproximadamente el 10% y el 14% de los activos del grupo, respectivamente, y el 11% y el 41%, respectivamente, de las ganancias netas atribuidas a finales de septiembre de 2018.
Con todo, el rating otorgado por Fitch al banco azul continúa reflejando su «sólida» franquicia minorista en los mercados centrales que, aparte de Turquía y México, incluye España o Estados Unidos. También considera relevante el «historial y experiencia» de la entidad operando en mercados emergentes, manteniendo los riesgos de contagio «relativamente contenidos» debido a su modelo de negocio descentralizado.
De hecho, Fitch ha asegurado que el grupo bancario cuenta con unos márgenes «bastante» amplios en los mercados potencialmente problemáticos, lo que le permitiría absorber unos costes más altos, manteniendo una «sólida eficiencia operativa».