Fisioterapeuta recuerda que el deterioro cognitivo conlleva déficit motor que aumentan el riesgo de caída


La fisioterapeuta de la Asociación Española de Fisioterapeutas en Neurología (AEF-NEURO), Isabel Alen Piñuel, ha recordado que el déficit cognitivo y la demencia conllevan un déficit motor que aumentan su riesgo de caída en comparación a las personas cognitivamente sanas, ha alertado durante el webinar Prevención de caídas en personas con Alzheimer. Una visión desde la fisioterapia neurológica , organizado por la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA).

Según explicó la fisioterapeuta, este aumento del riesgo de debe al papel que desempeña la corteza prefrontal dorso-lateral (CPFDL) tanto en las funciones cognitivas como en la planificación del movimiento. Esta área cerebral, localizada en el lóbulo frontal, se encarga de funciones superiores como la atención, inhibición y/o memoria de trabajo.

«Cualquier alteración o déficit en su funcionamiento va a verse relacionada de forma directa con la calidad de la marcha y, por tanto, con la perdida de autonomía y riesgo de caída», afirmó la experta. Durante su explicación, Alén Piñuel comentó que la marcha tiene un componente automático, «pero no exclusivamente; también cortical y cognitivo».

En el día a día se realizan constantemente tareas duales, que son aquellas que en las que se ejecutan a la vez una tarea cognitiva junto a una motora (marcha). «Las personas sanas no tienen problema con ellas, pero en el momento en que hay algún fallo cognitivo, se ve afectada la parte motora, ya que se tiene que poner más esfuerzo en la parte cognitiva», apuntó la profesional.

Y añadió que, «por ello, es fundamental incluir el trabajo cognitivo con tareas duales en el tratamiento de las personas con demencia y no trabajar aisladamente la cognición y la parte motora».

Antes de iniciar el tratamiento de fisioterapia neurológica, «es imprescindible una buena valoración cognitiva para saber en qué momento cognitivo está el paciente (atención, memoria de trabajo, inhibición, conductual…) y poder así enfocar las sesiones al problema», comentó la fisioterapeuta.

Para ello, se mide la variabilidad de la zancada (longitud y cadencia) ya que es un precursor de un déficit cognitivo. «En una persona sana la variabilidad no es superior al 3%. Sin embargo, cuando aumenta hay menos estabilidad de la marcha y, por tanto, más riesgo de caída», señala la experta en su presentación.

Por último, la fisioterapeuta apuntó algunos consejos para aplicar en el entorno de la persona para mantener sus cualidades motoras, como eliminar alfombras o cambiar bañera por ducha. En cuanto a tratamiento fisioterápico, será importante trabajar una buena fuerza muscular y ejercicio terapéutico; sin olvidar «los gustos de los pacientes en cuanto a música o lectura, por ejemplo, para motivarles e implicarles», concluyó.

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